Salvamar Fénix, la nueva embarcación de Salvamento Marítimo en Xàbia, es "una luz de esperanza" en el Mediterráneo

La embarcación, la última de la flota de Salvamento Marítimo, tiene 21 metros de eslora, ha costado 2,6 millones, alcanza los 35 nudos y está equipada con la última tecnología en navegación y propulsión

"Estamos muy orgullosos; desde ahora nuestros pescadores y navegantes van a sentirse más protegidos", afirma la alcaldesa, que destaca la gran labor de las dos tripulaciones de la Fénix

La Salvamar Fénix, en su base del puerto de Xàbia

La Salvamar Fénix, en su base del puerto de Xàbia / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Xàbia es un puerto de refugio y esperanza. Lo ha sido históricamente (en 1900, se construyó la plataforma de náufragos del Tangó). Y hoy lo es todavía más. La Salvamar Fénix, la última embarcación de la flota de Salvamento Marítimo, tiene su base en Xàbia. Sustituye a la Salvamar Diphda, que llegó a Xàbia en 2017 y que ya superaba entonces los 20 años de antigüedad. La Fénix, presentada hoy por el subdelegado del Gobierno en Alicante, José Antonio Cuadros, y el director de Salvamento Marítimo, José Luis García, entre otros, es de nueva construcción. Viene de los astilleros de Asturias. Cuenta con los sistemas más modernos de navegación y propulsión.

Xàbia se sitúa a la vanguardia de los rescates y la ayuda humanitaria en el mar. El radio de acción de la Salvamar Fénix es muy amplio. Va desde Gandia a Benidorm y 48 millas mar adentro del Canal de Ibiza (el paso marino entre la Península y las Baleares). Dos tripulaciones, cada una de cuatro profesionales (un patrón, un mecánico y dos marineros), se turnarán para que esta embarcación esté siempre operativa.

"Es una nueva luz en nuestras costas", ha destacado el subdelegado del Gobierno en Alicante. Mientras, el director de Salvamento Marítimo ha incidido en que Fénix significa resurgir y esperanza.

Esta nueva embarcación ha costado 2,6 millones. Tiene 21 metros de eslora y alcanza una velocidad máxima de 35 nudos. A baja velocidad, su autonomía llega a las 400 millas. Entre los modernos sistemas de navegación, está el de posicionamiento dinámico que fija la Salvamar Fénix y no hay temporal, por furioso que sea, que la mueva. El "joystick" con el que el patrón pilota la embarcación es de una precisión milimétrica. La capacidad de remolque es de 6 toneladas.

Uno de los dos patrones, Aitor Iturraspe, al mando de la Salvamar Fénix

Uno de los dos patrones, Aitor Iturraspe, al mando de la Salvamar Fénix / A. P. F.

"Es un orgullo contar en Xàbia y en todos los municipios costeros colindantes con esta embarcación. Nuestros pescadores y navegantes van a estar más seguros. Y tengo que destacar que los tripulantes de la Salvamar Fénix son maravillosos profesionales", ha afirmado la alcaldesa, Rosa Cardona.

Retos en el mar: rescates y protección del medio natural

El subdelegado del Gobierno en Alicante ha subrayado que esta embarcación permite afrontar los "grandes retos en el mar, que son los rescates y la protección del medio natural. Esta inversión salva vidas". También ha asegurado que la renovación de la flota de Salvamento Marítimo demuestra "el sólido compromiso de España con la protección de los más vulnerables". "Y quiero destacar la labor incansable de la tripulación de la Salvamar Fénix. Desafiáis tormentas y os arriesgáis para que todos lleguen sanos y salvos a tierra firme. La verdadera fuerza reside en vuestro valor y predisposición".

El director de Salvamento Marítimo ha recordado que la primera embarcación de rescate, que tenía 15 metros de eslora, empezó a operar en Xàbia hace 30 años. Ha afirmado que el modelo al que pertenece la Fénix es el "más flexible" de la flota. Ha recordado que, entre las emergencias a las que acuden estas embarcaciones, están las de salvamento de migrantes, remolque y rescates de la náutica de recreo (en Xàbia, estos servicios son numerosísimos en verano) y dar seguridad a la actividad pesquera y mercante.

Una de las labores que ha realizado la Salvamar Fénix en los últimos meses ha sido la de retirar del mar el "bosque" de grandes troncos y de cañas que arrastró la dana. Tanto objeto flotante, algunos de mucha envargadura, constituían un peligro para la navegación.

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