Negocios tradicionales

El adiós tras 33 años de sacar adelante la cafetería que hace barrio en Xàbia

Teresa y Rafael se jubilan y cierran un establecimiento que ha dado mucha vida al pueblo: «Pero reabrirá, seguro, y para nosotros es una satisfacción»

Teresa y Rafael, en una imagen tomada este viernes, el último día que abrieron la cafetería

Teresa y Rafael, en una imagen tomada este viernes, el último día que abrieron la cafetería / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Xàbia

Primero se llamó "Blat i sucre". Abrió en 1989. Pero en 1992 alquilaron la cafetería el matrimonio de Teresa Caballero y Rafael Gutiérrez y pensaron que el nombre debía reflejar el espíritu de barrio de este negocio que es un lugar de encuentro de los vecinos. La nueva denominación fue cafetería Thiviers. Sí, este establecimiento, que mantiene el concepto de siempre de la cafetería (negocios de los que ya no quedan tantos, dado que ahora se impone el bar), está en el barrio por antonomasia de Xàbia, el barrio de Thiviers.

Y otra singularidad de esta cafetería es que vendía pan, que cocían los mismos propietarios y que también compraban a un horno del Poble Nou de Benitatxell.

Ahora, Teresa y Rafael, tras 33 años al frente de esta cafetería que hace barrio, se jubilan. Este viernes fue su último día. Cerraron. Pero, en este caso, no es un cierre para siempre. «Reabrirá, seguro, y yo vendré como clienta», afirma Teresa.

El cartel de despedida que ha colocado Teresa en la puerta de la cafetería

El cartel de despedida que ha colocado Teresa en la puerta de la cafetería / A. P. F.

Los nuevos responsables harán algunas obras de reforma y escribirán un nuevo capítulo de este negocio que, en su día, también fue pionero en contar con locutorio y hasta en contratar el «plus» y reunir los domingos a muchos aficionados al fútbol.

«Si tuviese de nuevo 29 años, volvería a coger la cafetería. Hemos tenido una clientela estupenda», afirma Teresa, que siente una punzada de emoción al dejar atrás la que ha sido su vida en estas últimas tres décadas. «Todo lo que hemos vivido aquí ha sido bueno», afirma.

La experiencia en hostelería la tenía Rafael, quien antes de hacerse cargo junto a su mujer de la cafetería trabajó en los restaurantes el Gaucho y el Trinquet. «Sí que es verdad que ahora, en estos días que el negocio estará cerrado, se va a echar de menos. Va a ser como un apagón en el barrio», advierte.

«Muchos de los clientes que venían al principio nos decían que esta cafetería era la más bonita de Xàbia», rememora Teresa, que matiza que tanto ella como su marido se han ganado de sobra la jubilación. Llevaban el negocio y sacaban adelante a sus dos hijos. Y los horarios de la cafetería eran agotadores. Abrían a las 7 de la mañana y cerraban a las 23 horas. En estos últimos años, han adaptado el horario. La cafetería levantaba la persiana a las 6.30 de la mañana y cerraba a las 19 horas.

En los primeros cinco años, Teresa y Rafael pagaban alquiler. Luego les surgió la oportunidad de comprar el local. «Y fue lo mejor que pudimos hacer», coinciden.

"Una bonita página de nuestras vidas"

Se han ganado con creces el descanso. Ella tiene 63 años y él 65. Teresa ha colocado en la puerta un cartel que hace justicia a la dulce tradición de este negocio. «Con muchos buenos recuerdos cerramos una bonita página de nuestra vida y le deseamos al próximo aventurero que sea tan feliz aquí como nosotros».

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