Sobrevolar los acantilados de Benitatxell y la maraña de chalés

El Puig de la Llorença es una de las cima de la Marina Alta desde las que se inician los vuelos en parapente

El parapente sobrevuela los chalés de la Cumbre del Sol

El parapente sobrevuela los chalés de la Cumbre del Sol / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El Poble Nou de Benitatxell

Calma total. Los parapentes sobrevuelan la colmena de chalés. La ligereza de las velas volantes contrasta con la gravedad del urbanismo. Los chalés llegan hasta el mismísimo linde de los acantilados. El Puig de la Llorença, la cima litoral del Poble Nou de Benitatxell, es una de las plataformas de la Marina Alta desde la que se inician estos gráciles vuelos (otras son la del Morro de Toix, en Calp, o la del Coll de Rates, en Parcent). Los parapentistas aprovechan las corrientes térmicas y dinámicas. Se deslizan por el aire con una liviandad que hipnotiza. Vuelan sobre los acantilados del Moraig.

Los días de calma total del invierno son ideales para aprovechar las térmicas

Los días de calma total del invierno son ideales para aprovechar las térmicas / A. P. F.

Tardes como la de este sábado, de claridad y calma absoluta, son ideales para planear en un litoral de contrastes, los de la belleza abrupta de los acantilados y la masificación urbanística.

Un parapentista planea sobre los chalés

Un parapentista planea sobre los chalés / A. P. F.

El turismo deportivo coge vuelo

La Marina Alta es, por otra parte, una comarca donde el deporte coge vuelo. Senderismo, ciclismo, escalada, vela, carreras de montaña... los escarpados relieves, el paisaje, el mar y sus brisas, las suaves temperaturas, estas calmas anticlónicas del invierno o la riqueza natural invitan a hacer deporte al aire libre durante todo el año. El turismo deportivo tiene el cielo abierto.

Tracking Pixel Contents