Al-Azraq, ahíto de agua: las lluvias rescatan la riqueza hídrica de la Vall d'Alcalà

Quizá la imagen más sorprendente que ha dejado la dana en la Marina Alta es la del chorro de la fuente de Alcalà de la Jovada manando a presión y saliendo del pilón

El chorro, a presión, sale del pilón de la fuente de Al-Azraq

El chorro, a presión, sale del pilón de la fuente de Al-Azraq / Josep A. Gisbert

Alfons Padilla

Alfons Padilla

La Vall d'Alcalà

Las montañas de la Marina Alta están colmadas de agua. Las lluvias de la dana de esta pasada semana, con acumulados de más de 400 litros/m2 en la Vall d'Ebo, la Vall d'Alcalà, la Vall de Laguar o la Vall de Gallinera, han rescatado la riqueza hídrica de un territorio donde abundan las fuentes. Y una de esas fuentes está en la plaza de Al-Azraq de Alcalà de la Jovada. Es una fuente preciosa. El chorro mana de la boca de la escultura de bronce del rostro de Al-Arzaq, el caudillo andalusí de la tenaz resistencia mudéjar a la conquista cristiana de Jaume I. Al-Azraq, "el Blau" (se dice que tenía los ojos azules), está ahíto de agua, saciadísimo.

El río Girona, en el tramo que pasa junto al despoblado morisco de l'Atzuvieta

El río Girona, en el tramo que pasa junto al despoblado morisco de l'Atzuvieta / Vicenta Alvárez

Las copiosas precipitaciones han dejado imágenes ede la espectacular crecida del río Girona (nace en el Barranc de la Fontblanca, en Alcalà de la Jovada). Quizá la más llamativa ha sido la de la presa d'Isbert convertida en una estruendosa catarata. Pero la más sorprendente es ésta otra, la del chorro de la fuente de Al-Azraq manando a presión y saliéndose fuera del pilón. Da la impresión de que el histórico personaje está tan empachado de agua que tiene que vaciarse como sea.

Los campos de la Vall d'Alcalà, encharcados

Los campos de la Vall d'Alcalà, encharcados / Josep A. Gisbert

El agua también corre por las calles. Las lluvias han recuperado la riqueza hídrica de este territorio. Impresiona ver el rugiente caudal del Girona al pasar bajo el puente que está junto al despoblado morisco de l'Atzuvieta.

El nacimiento de este río se halla muy cerca. El Girona, cuando lleva agua, tiene una fuerza descomunal. Ha abierto a cuchillo durante miles y miles de años el angostísimo desfiladero del Barranc de l'Infern. Luego se remansa (en octubre de 2009, sí hubo una catastrófica riada) en su curso bajo, en la Rectoria, Beniarbeig, El Verger, Els Poblets y Dénia.

El busto de Al-Azraq con una pátina verde de humedad

El busto de Al-Azraq con una pátina verde de humedad / Josep A. Gisbert

El espíritu de Al-Azraq está en todos los recodos urbanos de Alcalà de la Jovada. Uno de sus bustos tiene una pátina verde de humedad. "El Blau" se pone verde. La lluvia también transforma el histórico paisaje urbano.

Otra imagen de la fuente de Alcalà de la Jovada

Otra imagen de la fuente de Alcalà de la Jovada / Josep A. Gisbert

Una bendición para la agricultura

Después de la pertinaz sequía, han llegado unas lluvias que son una bendición para los acuíferos y la agricultura de la Marina Alta. En la Vall d'Alcalà, los campos están encharcados. Hay bancales en los que burbujea el agua. La montaña está atiborrada. Traga poco a poco, a lentos sorbos.

Estas lluvias en las cabeceras de los ríos son excelentes. Se filtran pacientemente al subsuelo. Para una comarca que depende tanto de las aguas subterráneas, que esa gran esponja que es el subsuelo absorba la lluvia (cuando las precipitaciones son en el litoral se pierden rápidamente en el mar) es lo mejor para que se recarguen acuíferos, acuíferos que son esenciales para los riegos agrícolas y el suministro de agua potable.

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