Construcción de vértigo y sin fin en el acantilado del Moraig

Chalés de los años 80 rebañan ahora hasta el último centímetro de suelo con ampliaciones colgadas del abismo

Se ganan "alturas" hacia abajo, hacia los cimientos de la construcción original

La construcción en el acantilado: construcciones que apuran hasta el último centímetro de suelo

La construcción en el acantilado: construcciones que apuran hasta el último centímetro de suelo / Levante-EMV

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El Poble Nou de Benitatxell

Apurar hasta el último centímetro. Este suelo es codiciado. La hilera de chalés del abismo siempre se encarama (encaramar es el verbo preciso) en lo más alto del ranking de las calles más caras de la Comunitat Valenciana. Cada centímetro vale un potosí. Y se rebaña. Con voracidad. Las casas de lujo construidas en los años 80, cuyas terrazas se sostienen sobre estructuras y cimientos al aire (columnas clavadas en la piedra), sufren ahora llamativas reformas. Da la impresión de que no queda ni una mínima porción de suelo. Pero, de tanto en tanto, se alza otra grúa en el acantilado. Se inician obras para arañar terreno en el vacío.

Imagen de las obras cuando se iniciaron.

Imagen de las obras cuando se iniciaron. / Levante-EMV

La construcción en los acantilados de la Marina Alta no tiene fin. El cortado de vértigo de la cala del Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell, da la impresión de estar ya saturado de chalés. Pero no. Los chalés pueden ensancharse, llevarse hasta el límite. ¿Hay límite?

Las obras han ensanchado la vivienda. Le han añadido dos pisos

Las obras han ensanchado la vivienda. Le han añadido dos pisos / Levante-EMV

Hace un par de años comenzaron las obras en una de estas casas colgadas. Las máquinas trabajaban en la parcela. Ahora los vecinos que tomaron la foto de aquellos primeros movimientos de tierra se han cerciorado de que no se estaba preparando el terreno para cultivar un jardín, levantar una terraza o perforar la piscina. Las obras son de más envergadura. Se está llevando a cabo una gran ampliación del chalé. La vivienda se ensancha. Gana dos "alturas". Aprovecha al máximo hasta el último centímetro del acantilado.

Dos "alturas" hacia abajo

Sí, "alturas" entre comillas, ya que la ampliación es hacia abajo. Las dos nuevas plantas se sitúan debajo del chalé original. La casa ya era un casoplón. Ahora suma un puñado más de metros cuadrados construidos. Es obra nueva añadida a "obra vieja". El chalé cobra volumen; es una mole.

En los acantilados de Xàbia, donde la construcción tampoco tiene fin, la fórmula es otra. La piqueta despeja terreno. Se derriban chalés de los años 70, 80 y 90 para levantar otros de moderna arquitectura que se venden por una millonada.

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