ANÁLISIS

¿Muchas bicis o demasiados coches? Dilema en la carretera de les Planes de Dénia y Xàbia

La mayoría de los conductores no respeta el metro y medio de distancia al adelantar a los ciclistas

Varios ciclistas pasan junto a la señal que recuerda la distancia que hay que guardar al adelantar a quienes van en bici

Varios ciclistas pasan junto a la señal que recuerda la distancia que hay que guardar al adelantar a quienes van en bici / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Xàbia/Dénia

El debate ha empezado viciado. Se ha planteado desde el cochecentrismo. Las carreteras, aunque no lo parezca, son espacios de convivencia y respeto. Y hay que meterse en la piel de todos los usuarios, también de los ciclistas que en esta carretera, la CV-736, la de les Planes del Montgó, ascienden "xino-xano". Y ese ritmo contrasta con el "desfici" de muchos conductores que quieren llegar de Dénia a Xàbia o viceversa en un santiamén. También es verdad que algunos ciclistas descienden a tumba abierta.

El debate nace viciado. Y es normal. En una comarca, la Marina Alta, de deficiente (muy deficiente) transporte público, se necesita el coche para ir a la vuelta de la esquina (quien dice a la vuelta de la esquina dice al pueblo de al lado). Hay absoluta dependencia del automóvil. Quedarse un día sin coche es una catástrofe. El coche manda.

Por otra parte, la carretera de les Planes es la vía directa entre Dénia y Xàbia. Pero es un vial peculiar. Está repleto de curvas. No hay arcén. En el lateral sí está dibujada una línea blanca, pero lo habitual es que la vegetación de la cuneta la invada. La carretera encadena curva y contracurva. Algunas son muy cerradas y no tienen visibilidad. Son curvas de paella, horquilla o herradura. Y, además, la carretera atraviesa el parque natural del Montgó. El volumen de tráfico no casa bien con la naturaleza, singular naturaleza, de les Planes.

Por tanto, el debate de si los ciclistas invaden esta carretera ha comenzado a contra pedal. Hay que cambiar la perspectiva. Meterse en la piel (en el maillot) del ciclista. ¿Muchas bicis o demasiados coches? Esa pregunta sería pertinente.

El periodista Daniel Sousa ha estado en Xàbia para recoger el premio internacional de periodismo y turismo sostenible de Casa Mediterráneo. Lo ganó por su podcast "No es turismofobia, es urbanofilia". Dejó reflexiones acertadísimas sobre el turismo. Dijo que la palabra fobia, es decir, odio, le parecía desmesurada. Él cambia la perspectiva. Subraya la "urbanofilia", el amor al barrio y al pueblo y el respeto por la idiosincrasia cultural y social del territorio. Este debate, el de las bicis en la carretera de les Planes (y otras de la Marina Alta, como la del Coll de Rates o la de la Vall d'Ebo, también frecuentadas por ciclistas), quizá debería enfocarse siguiendo el enunciado de Daniel Sousa: "No es ciclismofobia, es bicifilia".

Los conductores se ponen de los nervios cuando "tropiezan" con un reguero de ciclistas. Los pelotones y grupetas de aficionados (y los profesionales que entrenan en la Marina Alta) se desperdigan. Cada ciclista sube a su ritmo. Resulta complicado adelantar a ese rosario de deportistas.

Una ciclista asciende desde el tramo de Xàbia de la carretera de les Planes

Una ciclista asciende desde el tramo de Xàbia de la carretera de les Planes / A. P. F.

Mientras, a los ciclistas lo que les asusta es que la mayoría de conductores no cumpla la obligación de guardar un metro y medio de distancia al adelantarlos. En el inicio de esta carretera, tanto en la primera rampa de Dénia como en la de Xàbia, hay un cartel muy claro: se avisa de que los ciclistas frecuentan el vial y de que ellos, los conductores, deben circular con precaución y cumplir el metro y medio al adelantar a quienes disfrutan (o sufren, que la subida es exigente) de la bici.

Es, desde luego, muy desagradable ir pedaleando y notar que detrás hay un conductor alterado y un motor que ruge amenazante. Se percibe la impaciencia, el nerviosismo. En las maniobras, en los acelerones, hay un mensaje de intimidación. Y luego, al adelantar, lo hacen pegados al ciclista. Intentan asustarlos para que otra vez, cuando decidan subir les Planes, se lo piensen dos veces.

Tres ciclistas cogen en Xàbia el desvío para iniciar el ascenso a les Planes

Tres ciclistas cogen en Xàbia el desvío para iniciar el ascenso a les Planes / A. P. F.

Esta carretera no es para acelerar. Hay que circular con calma. El límite de velocidad es de 50 km/h. Los vecinos están abocados a utilizarla como vía directa entre Dénia y Xàbia. El transporte público es terrible en la Marina Alta. Pero les Planes es más que otra cosa una carretera panorámica, turística. Es una carretera para armarse de paciencia, de saludable paciencia.

El portavoz del PSPV de Xàbia, José Chulvi, planteó en el último pleno que urge regular la invasión de bicicletas en este vial. Abrió un debate interesantísimo. La alcaldesa, Rosa Cardona, del PP, asintió. La propuesta la pareció atinada. Pero lo primero debería ser abordar el debate desde todas las perspectivas, desde la de los conductores y la de los ciclistas. Y analizar también cómo se ha llegado al cochecentrismo, a esa dependencia total del coche y si todavía es posible que el transporte público sea una alternativa viable para los vecinos de un lado y otro del Montgó.

El maná del turismo ciclista

El cicloturismo ha sido una bendición para la Marina Alta. Llegan turistas fuera de temporada alta y son visitantes tranquilos y que lo que quieren es sumar kilómetros dando pedales, disfrutar de carreteras que discurren por bellísimos paisajes, carreteras en las que, además, entrenan las grandes estrellas del pelotón internacional. Eso, la desestacionalización y la llegada de un turismo respetuoso y a pedales, tampoco hay que soslayarlo en este debate.

Y también conviene abordar la nueva movilidad. La bicicleta eléctrica es imparable y se está convirtiendo en una opción para desplazarse comodamente y, al mismo tiempo, mover las piernas y hacer deporte de baja intensidad. Aficionados a la bici a los que ya les resultaba muy cuesta arriba subir les Planes ahora ascienden esas rampas como si nada.

Así las cosas, el debate de la movilidad en esta carretera debe superar la visión cochecéntrica. La pregunta adecuada es ¿muchas bicis o demasiados coches?

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