El anhelado ferrocarril
La memoria viva del tren Carcaixent-Dénia
Palmera marca un camino. Hace memoria del anhelado tren, del tren que no llega. Ni tranvía, ni «trolebús», ni «lanzadera»... nada. Palmera, en la Safor, sí reivindica el paisaje histórico del ferrocarril, de esa vía que vertebró les Comarques Centrals.

Uno de los paneles que rescata la historia del tren Carcaixent-Dénia / Josep A. Gisbert

La memoria es el camino. La memoria viva. La del paisaje histórico. Estos paneles, estos «Racons de la Memòria», ayudan a imaginar el traqueteo del anhelado tren. Palmera, un municipio de la Safor de algo más de mil habitantes, sí hace memoria del tren Carcaixent-Dénia. Y la memoria es la esperanza.
Este pueblo ha aprovechado la subvención de memoria democrática de la Diputación de València para rescatar paisajes históricos. Diez paneles rememoran hitos histórico. Entre ellos está el de ese tren que vertebró les Comarques Centrals (enlazaba la Marina Alta, la Safor y la Ribera) y que fue esencial en el comercio de la naranja y del juguete de Dénia (familias dedicadas a esta industria acudían con los fardos a vender los juguetes en Gandia) y también en la difusión de la cultura. De hecho, el arqueólogo Josep A. Gisbert recuerda que el tren lo utilizaban eruditos del siglo XIX y principios del XX para acudir a la casa de Roc Chabàs en Dénia (casa que estaba en el Saladar y que la piqueta destruyó). Prósperas familias de la Ribera también se subían en el ferrocarril para viajar a su Rota (villa de veraneo) de les Rotes.

La vía verde de la antigua plataforma del tren Dénia-Carcaixent tiene en Palmera un gran uso / Josep A. Gisbert
Palmera hace memoria de ese tren que nunca llega. La línea se cerró en 1974 y, desde entonces, Dénia, Gandia y Oliva exigen que se recupere ese ferrocarril que hoy es todavía más necesario: fomentaría la movilidad sostenible. Pero claman en el desierto.

Las vías de comunicación fueron esenciales para impulsar negocios como el de la Destilería Lorente / Josep A. Gisbert
Lo que no es desierto es el paisaje histórico. «En el término de Palmera, del tren se conservan los pilares, contrafuertes y los vestigios de dos puentes. Son de piedra picada y de fábricas características de la arqueología industrial. También existe la plataforma por la que discurría la vía», advierte Gisbert.
Una vía verde de gran uso
Esa plataforma es hoy una vía cicloturista de enorme uso. El tren no tenía apeadero en este municipio. Su principal eje de comunicación era (y es) la N-332. Surgieron almacenes de naranja y la destilería de José Lorente, de la que se conserva un magnífico panel cerámico.

El panel cerámico que se conserva en la fachada de lo que fue la destilería / Josep A. Gisbert
El tren llegó a Dénia en 1884. El recuerdo se desdibuja. Más que resignación, lo que hay ya es hastío. Recuperar el tren parece una quimera. Mientras, la memoria es una trinchera. Palmera, en la Safor, mantiene viva la memoria de este ferrocarril de Carxaixent-Dénia. "Racons de la Memòria" abre un camino.
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