Antoni Llidó vuelve a Balones

¿Un año? Un año se queda muy corto para recuperar a Antoni Llidó, para reivindicarlo, para entender la dimensión del maestro y sacerdote de Xàbia que defendía que la educación es "un arma cargada de futuro" (Gabriel Celaya) y que, como la poesía, es "necesaria como el pan de cada día".

Antoni Llidó, asesinado hace ahora 50 años por la dictadura de Pinochet, ha vuelto a Balones, el pequeño pueblo del Comtat donde la jerarquía eclesiástica del tardofranquismo lo envió para castigarlo, para tratar de aplacar sus ansias de cambiar, desde la modestia de la educación, el mundo. Y el cura y maestro llegó a Balones y a Quatretondeta e impulsó una pequeña (enorme) revolución educativa y cultural. Despertó en una generación de jóvenes sin futuro el ansia y la alegría del saber. Los jóvenes estudiaron carreras universitarias. Se hicieron profesores o médicos. Y este sábado, muchos de ellos, después de más medio siglo, rememoraron aquellos días, y la amistad, la admiración y gratitud al maestro.

"Lo queremos vivo": la vigencia del maestro y cura de Xàbia Antoni Llidó a los 50 años de su asesinato

¿Un año? Un año se queda muy corto. A finales de enero, terminó el "Any Antoni Llidó", que Xàbia organizó para recordar al sacerdote y maestro al cumplirse los 50 años de su "desaparición forzosa" en el Chile de Pinochet (la Dina, la siniestra policía política del dictador, lo arrestó, torturó y asesinó). Pero quedaba memoria por hacer e historias que recuperar. Lo expresó bien Chus San Pedro, que guió a quienes acudieron a la sede de la Fundació Cirne de Xàbia a visitar la exposición "Antoni Llidó, sacerdot i mestre": "Estos paneles deben ir de pueblo en pueblo y desgastarse". Y esos paneles, así como documentos del archivo de Llidó y del proceso que inició su hermana, Pepa, para exigir justicia (esa lucha fue clave para que en 1998 se detuviera en Londres a Pinochet, un hito en la justicia universal), han empezado este sábado su periplo.

La Fundación Cirne ha llevado a Balones la exposición. La ha montado en el Aula de Cultura "Manuel Picó". El sábado estuvo en la inauguración Pepa Llidó, contenta de reencontrarse con quienes fueron alumnos de su hermano. José Joaquín Martí, uno de aquellos jóvenes a quien Antoni convenció de que debía estudiar, tomó la palabra. También asistieron el alcalde, Juan Tomás Bou, y el concejal de Cultura, Javier Molina. En representación de la Fundació Cirne y de Xàbia estuvo Chus San Pedro.

Absoluta vigencia

¿Un año? La memoria está viva. La exposición irá luego a Quatretondeta. Además, coincide con un momento de ebullición cultural en estos pequeños pueblos del Comtat. Fageca acogerá el 31 de mayo la Trobada d'Escoles en Valencià. También hay actos en Famorca, Tollos, Quatretondeta, Benimassot y Balones. Es una excelente oportunidad para rememorar o descubrir a Antoni Llidó, para reivindicar su absoluta vigencia y para entender la labor que hizo allí donde estuvo, en estos pequeños pueblos rurales y en Chile, donde ayudó a los más desfavorecidos y donde se entregó en cuerpo y alma a enseñar y dar un futuro a quienes no lo tenían.

Balones ha acogido esta exposición con muchísimo cariño. Se nota que Antoni Llidó dejó una huella importante en este pueblo, que avivó la autoestima y demostró que la cultura, "como un pulso que golpea las tinieblas" (Celaya), podía transformar aquellos pueblos rurales olvidados por el franquismo y el falso progreso. ¿Un año? Un año no es nada. El maestro es uno más en este pueblo.