Otro hotelito a la vista (y con vistas) en Xàbia

Villa Antón. Año 1928. Primer Muntanyar. Fue una de las primeras villas de veraneo de Xàbia. El año de construcción está cincelado en la piedra tosca de su bello porche con escalinata. Es un elemento arquitectónico singular. Atrios como este van quedando pocos. La piqueta arrambla con los primeros chalés, con estas villas que, además del porche con columnas, capiteles y arcos (estos escarzanos), destacaban por la torrecita. El progreso no ha sido generoso con estos chalés históricos. Villa Antón es de lo poco, poquísimo, que queda.

Este chalé acogió un local de moda en los años 90: La Sal. La floreciente burguesía valenciana de aquellos años (incluida la entonces alcaldesa de València, Rita Barbera) eran asiduos de La Sal. Era la sal y pimienta de las noches de verano en Xàbia.

Luego la villa ha declinado. Está en primerísima línea de costa. Es vecina del hotel Soul de Jávea, recientemente reformado.

Este tramo litoral tiene, de hecho, historia hotelera. Los primeros establecimientos para alojarse de Xàbia, el hotel Venturo y el hotel Plata, estuvieron aquí. Entre ellos, se levantaba la Casa de la Criminala, una bellísima construcción (arquitectura modernista y mucho «trencadís») con historia siniestra y de asesinatos. Incomprensiblemente, se demolió en los años 80. Era una época de borrar construcciones (el búnker situado aquí también, en el Muntanyar, o el castillo inspirado en el palacio de Ripalda) que hoy darían mucho lustre a la arquitectura local.

Ha sobrevivido Villa Antón. Un milagro. Está en obras. Se convertirá en hotel. La fiebre de los pequeños hoteles no tiene fin en Xàbia. También el grupo SH Hoteles está levantando en la avenida de Els Furs, a un paso del núcleo del Puerto, un hotel que, para los parámetros de Xàbia, es un hotelazo: 131 habitaciones.

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El tirón de los hoteles con historia

El de la villa de 1928 no puede aspirar a muchas habitaciones. Tendrá cuatro estrellas. Será de esos hoteles llamados boutique. Y comparte con el hotel que se abrirá en el casco histórico, en la Plaça de l’Església, que los inversores están convencidos de que un edificio con historia tiene tirón para los turistas. El del casco histórico, ahora en plena rehabilitación, es el de la Casa Bolufer del siglo XIX.

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Hotelito a la vista y hotelito con vistas. El establecimiento de Villa Antón mira al mar. Se halla en ese litoral que ahora el Ministerio para la Transición Ecológica está renaturalizando. Es un tramo costero que, poco a poco, se ha ido liberando de coches. La carretera tenía carriles de ida y vuelta. En la pandemia, tras levantarse el confinamiento, el carril en dirección de la playa del Arenal al núcleo del Puerto se hizo peatonal. Pronto o tarde, toda esta carretera se dejará solo para caminantes.

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En los últimos años, se han abierto unos diez pequeños hoteles en Xàbia. Es una alternativa al alquiler turístico (ahora las licencias para nuevas viviendas vacacionales están suspendidas). Estos dos segmentos han irrumpido con fuerza en un pueblo que consagró su modelo turístico a la segunda residencia. Cambian los hábitos. Un ejemplo claro es que una villa de veraneo de 1928, pionera del turismo residencial, se transformará en hotel de paso y de trajín de maletas.