Indestructible memoria: Decenas de jóvenes recuerdan en el paredón de Dénia a los deportados a los campos nazis de exterminio

El homenaje se hace ante la placa de los cuatro dianenses que sufrieron la barbarie de Mauthausen y Gusen; tres murieron y solo uno vivió la liberación

A escasos metros está el nicho del nazi que vivió impunemente en Dénia: "Debe estar histérico rebullendo en su tumba; todos estos jóvenes y los familiares de las víctimas mantienen viva la memoria"

las jóvenes estudiantes que han leído el manifiesto ante el paredón del cementerio de Dénia

las jóvenes estudiantes que han leído el manifiesto ante el paredón del cementerio de Dénia / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Dénia

Una pared enjalbegada y acribillada por los balazos. Aquí la memoria está viva. Una placa recuerda a los 52 republicanos fusilados en este paredón por el franquismo. En otra placa figuran los nombres de Asensio Vives Roselló, Jaime Crespo Vengut, José Ramis Grimalt y Vicente Pérez Bolufer, los cuatro dianenses deportados a los campos nazis de exterminio de Mauthausen y Gusen. Solo sobrevivió Vicente Pérez. Vivió la liberación el 5 de mayo de 1945, hace ahora justo 80 años. A escasos metros de esa pared, está el nicho de Gerd Bremer y su esposa Almut. Bremer vivió en Dénia a cuerpo de "coronel de las SS". El 25 de julio se enfundaba su siniestro uniforme y recibía en su casa de les Rotes a los invitados. Lo hacía junto a su esposa y flanqueado por dos feroces dóberman. Acudía, obligada, la banda de música de Dénia. El actual alcalde, Vicent Grimalt, que era un chavalín y tocaba la trompeta, recuerda perfectamente lo lúgubre y perversa que era esa ostentación nazi.

Familiares de los dianenses deportados a Mauthasen y Gusen

Familiares de los dianenses deportados a Mauthasen y Gusen / A. P. F.

La memoria es poderosa. Decenas de jóvenes de los institutos de Teulada y de Sorts de la Mar de Dénia han recordado hoy en ese paredón del cementerio de Dénia a los deportados a los campos nazis de la muerte. Han desplegado una pancarta que es la réplica exacta de la que los deportados españoles colgaron el día de la liberación. Mientras, Teresa Pérez, Bernat Cardona o Josep Ahuir, familiares de las cuatro víctimas de Dénia, han ofrendado claveles en la placa. El profesor y músico Jaume Ginestar ha interpretado la canción dedicada a su abuelo Manuel, el vecino de Benimeli que también murió en Mauthausen.

El nicho del coronel de las SS que se "escondió" en Dénia, donde murió sin ser juzgado en 1989

El nicho del coronel de las SS que se "escondió" en Dénia, donde murió sin ser juzgado en 1989 / A. P. F.

"Siempre le decía al alcalde que no entendía por qué un coronel de las SS estaba enterrado frente a este paredón de los republicanos fusilados. Pero ahora sí lo entiendo. Y hoy que hay tantos jóvenes y que están aquí los familiares de los represaliados, Gerd Bremen debe estar histérico rebullendo en su tumba", ha afirmado Adrián Blas, delegado de Amical de Mauthausen en la Comunitat Valenciana.

Triunfa la memoria. La lápida del gerifalte nazi que murió sin ser juzgado en Dénia en 1989 es de un blanco inhumano. Tiene grabados extraños símbolos.

Dos jóvenes alumnas han leído manifiestos en los que reivindican la memoria. "Es nuestra obligación. Tenemos que recordar a las víctimas y reivindicar la importancia de la memoria histórica". "El franquismo frustró el retorno de los deportados que sobrevivieron. Se convirtieron en apátridas".

Los alumnos despligan la pancarta que es una réplica de la que los deportados españoles colgaron el día de su liberación

Los alumnos despligan la pancarta que es una réplica de la que los deportados españoles colgaron el día de su liberación / A. P. F.

La historia frente a frente: la dignidad de la víctimas y la atrocidad de los verdugos

La memoria planta cara a la barbarie. La memoria es justicia. Aquí, en el cementerio de Dénia, están, frente a frente, la dignidad de las víctimas y la atrocidad de los verdugos. El paredón, enjalbegado y acribillado todavía por las balas, es memoria viva. La tumba del nazi evoca la maldad, la arrogancia del coronel, que, protegido por el franquismo, se enfundaba su espeluznante uniforme de las SS.

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