Regresión del litoral

Tramos de muro amenazan con venirse abajo en la playa perdida de Dénia

El temporal Gloria redujo a escombros los robustos parapetos de las casas de primera línea y los que aguantaron están ahora inestables y agrietados

Muro muy inestable y peligrosamente inclinado

Muro muy inestable y peligrosamente inclinado / A. P. F.

alfons padilla

Dénia

Los muros que aguantaron la piqueta implacable amenazan ahora con venirse abajo. Están en pie en plan «mírame y no me toques». Hay tramos fuertemente agrietados e incluso inclinados. Da miedo. Esta playa desaparecida de Dénia, una de las franjas del litoral valenciano más castigadas por la regresión, es un campo de batalla. Y hay un ganador inapelable: el mar.

Muro que se inclina hacia el mar

Muro que se inclina hacia el mar / A. P. F.

El temporal Gloria redujo a escombros los robustos parapetos de las casas de primera línea de esta playa del Blay Beach (forma parte de les Marines). Los muros que resistieron están inestables y en estado muy precario. Solo un chalé y una urbanización han reconstruido la barrera de hormigón. Se han echado unos metros hacia atrás. Rehacer los muros destrozados no tiene sentido. Además, la dirección general de Costas no lo autoriza.

Boquete en uno de los muros de primera línea

Boquete en uno de los muros de primera línea / A. P. F.

Robustos parapetos, destrozados

Esta playa desaparecida (el ministerio ha descartado regenerarla tras advertir la conselleria de Medio Ambiente de que esas obras dañarían las praderas de posidonia oceánica) deja bien claro el estrago que el cambio climático causa en la urbanizada primera línea de costa. Gloria fue una brutal piqueta. Los muros derribados son de gran grosor. Las salvajes olas destruyeron los robustos parapetos. Al recorrer ahora esta franja de costa (a trompicones por los escombros y saltando los pedazos caídos de muro) queda claro que la batalla con el mar está perdida, que no hay muro que resista la furia de los temporales. Las paredes de hormigón ladeadas y deterioradas son peligrosas. Se aguantan a duras penas. Acabarán desplomándose.

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