Sorprendidos en el mar por el tornado de Xàbia: "El cielos se nos cayó encima; llegué a pensar que zozobrábamos"
Lucrecia Botella, una navegante con más de diez años de experiencia, quien con su familia estaba a bordo de su velero, afirma que nunca había visto nada igual: "Todo pasó de repente. El cielo se puso negro y se desató un temporal de fuerte viento y olas que nos absorbía"
"Cuando entramos a puerto, respiramos y eso que con la inercia que llevábamos temíamos chocar contra el muelle. Tras nosotros llegó una embarcación cuyos tripulantes admitían que pensaban que iban a morir"

El impresionante tornado que se formó el sábado en aguas de Xàbia / Levante-EMV

El impresionante tornado que el sábado, sobre las 14 horas, se formó en la bahía de Xàbia, sorprendió a decenas de embarcaciones de recreo. Todos los navegantes pusieron rápidamente proa hacia los puertos de Xàbia y Dénia. Un plácido día de mar se convirtió en un infierno. "Todo pasó de repente. El cielo estaba azul y se puso negro. Se desató un temporal de fuerte viento y olas. Nos absorbía". Ha relatado a Levante-EMV Lucrecia Botella, una navegante con más de diez años de experiencia que pilotaba el velero Carmelí, de 12 metros de eslora. A bordo iba su familia, cuatro adultos, tres niños y una mascota. Son de Murcia y esa mañana habían zarpado desde el Campello. Lo hicieron antes de lo previsto para esquivar el mal tiempo. "Consultamos los pronósticos y contactamos con el puerto de Dénia (ese era su destino). Nos dijeron que lo peor se esperaba en el litoral de València y por la tarde. Que se formara una manga marina fue algo totalmente imprevisible".

Alfons Padilla
"En todos los años que llevo navegando nunca he visto nada igual. El cielo se nos cayó encima. En algún momento, pensé que ibamos a zozobrar. Fue la tormenta perfecta. Lo que vivimos fue de película", asegura Lucrecia, quien explica que llegaron a la bahía de Xàbia entre las 11 y 12 horas y el día era radiante y el mar estaba en calma. "Nos estuvimos bañando. Hacía sol. Pero luego ya vimos una gran nube negra sobre el Montgó. Y todo cambió de repente". Lucrecia dirigió el velero hacía el puerto de Dénia. Como tantas otras embarcaciones, escapaban del súbito temporal. Esos fueron los momentos más críticos. "Estábamos frente al cabo de Sant Antoni. Teníamos el puerto a 20 minutos. A los chiquillos, les dijimos que se metieran dentro y achicaran agua, como si fuera un juego. No queríamos que se pusieran nerviosos. Cuando entramos en la bocana del puerto de Dénia, respiramos. Estábamos salvados. Lo peor había quedado atrás".

Alfons Padilla
Sin embargo, el velero llevaba la inercia del motor y el peligro era que chocara contra el muelle. "Los marineros del náutico de Dénia hicieron una labor maravillosa. Nos ayudaban a todos. Nos ayudaron a atracar sin contratiempos. Llegamos tiritando. Estábamos empapados y la temperatura se había desplomado. Los tripulantes de una embarcación que entró tras nosotros confesaban que pensaban que no lo contaban, que temían que iban a morir", recuerda Lucrecia.
"No se ve venir"
En el puerto, ya a salvo, sacaron el móvil y grabaron la intensa granizada. "Lo que ocurrió es algo que no se ve venir. Ningún pronóstico indicaba que se podía formar un tornado y cambiar tan de repente el tiempo y las condiciones del mar. Fue algo impresionante. En el puerto, nos explicaron que lo que pasó fue un 'reventón'. Nunca habíamos visto nada igual".
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