Un cliente polaco se ha convertido en la primera persona del mundo en adquirir un paquete turístico pagando con «bitcoins», y lo ha hecho a través de una empresa española, Destinia.com. Compró un paquete que incluía el vuelo más la estancia en un hotel con origen en Varsovia y destino en Vietnam por un importe de 2,1973 unidades de la moneda virtual, lo que equivale a 1.280 euros. Poco después, otro cliente, en esta ocasión el austríaco Gabriel Strasser, hacia lo propio con un billete de avión de ida y vuelta de Viena a Lisboa con la aerolínea TAP Portugal. Strasser, un incondicional del «bitcoin», reconoce que eligió la firma española por permitir el uso de la moneda virtual. También Amuda Goueli, consejera delegada y confundadora de Destinia.com, anunciaba el «comienzo de la era del «bitcoin» en el sector turístico».

Sin embargo, en ese mismo momento y a miles de kilómetros, más concretamente en Estocolmo, ese entusiasmo no era compartido por Johan Andersson, director de riesgo del banco sueco SEB AB, el mayor operador nórdico de divisas, que decidió «no tocar el bitcoin»por las grandes incertidumbres que despertaba. Y no era el único. El Nordea Bank AB, una de las mayores entidades financieras escandinavas, mostró sus reticencias por tratarse de una «moneda digital experimental».

Detrás de estas reticencias se encuentra el Gobierno sueco, que ya advirtió de que el uso de esta moneda podría dar cobijo al lavado de dinero negro o al «terrorismo financiero». No obstante, el organismo regulador de aquel país considera inevitable su expansión.

España, por supuesto, no es ajena a este fenómeno. Destinia.com ha sido la primera agencia de viajes «on line» en admitir su uso, pero cada vez hay más comercios, bares, restaurantes o tiendas por internet que lo aceptan como medio de pago. No hay más que buscar en la red para localizar numerosas páginas en las que se recopilan todos los negocios que aceptan el «bitcoin» en España. Aunque también hay que tomarse estos listados con cierta prevención, ya que incluyen algunas grandes firmas que en realidad no lo admiten.

También ha habido un intento, por el momento frustrado por el ministerio de Hacienda, de poner en marcha cajeros para el intercambio de «bitcoins» a cambio de una comisión, al estilo de los que ya existen en algunos países, como Canadá, donde se instaló el primero, concretamente en la ciudad de Vancouver.

También, el «bitcoin», está intentando abrirse paso como medio de pago en la red. Aunque se había rumoreado que el gigante Google lo iba a introducir en su pasarela de pago Google Wallet, en la compañía californiana lo desmienten y se limitan a decir que están abiertos a una «amplia gama de sugerencias». Una de las principales plataformas de pago del mundo, PayPal, tampoco admite de momento el «bitcoin», a pesar de que su presidente David Marcus, ha mostrado su interés por la moneda virtual.

Asimismo John Donahoe, presidente ejecutivo de la plataforma de subastas «on line» eBay, que se ha confesado un admirador del «bitcoin» en una entrevista concedida al Financial Times, no ha cerrado del todo las puertas a la moneda virtual, aunque de momento parece que se limitará a permitir su circulación a principios de este mes en una categoría especial dedicada a las monedas virtuales.

Regulación legal

El principal problema para el desarrollo de los intercambios comerciales con las monedas virtuales es su falta de regulación legal. La Autoridad Bancaria Europea (EBA) emitió a finales de diciembre un aviso a los consumidores ante la expansión de los movimientos, advertencias que deberían tenerse en cuenta hasta que los reguladores de los mercados financieros establezcan unas reglas de uso y supervisión, algo en lo que ya están trabajando.

El primer aviso de la EBA a los consumidores es que las plataformas en las que se intercambian o compran monedas virtuales no están reguladas y se puede perder todo dinero. «Ha habido casos —señala— de ceses de actividad o de desaparición de estas plataformas, en ocasiones por de piratería de terceros».

Asimismo indica que cuando se compra la moneda virtual, se almacena en una «cartera digital» o en un «monedero virtual» que a su vez se guarda en un ordenador, un portatil o un teléfono inteligente. Las carteras digitales funcionan con una clave pública y otra privada, o contraseña, para acceder, «que no son inmunes a los piratas informáticos». De hecho, la Autoridad Bancaria Europea explica que ya se han notificado casos de consumidores que han perdido dinero virtual por valor de más de un millón de dólares».

Además señalan que en caso de olvidar las claves o las contraseñas de la cartera digital, el dinero puede desaparecer para siempre, puesto que no hay organismos centrales que registren las contraseñas o emitan otras en sustitución de las que se han perdido.

También advierte sobre la falta de protección por una legislación comunitaria en el caso de las transferencias realizadas desde un banco convencional o una cuenta de pago y no hay posibilidad de volver atrás en caso de la existencia de cargos no autorizados o incorrectos. Y sobre todo advierte sobre la volatilidad de este tipo de monedas, que puede aumentar mucho induciendo a su compra y puede caer con rapidez «e incluso reducirse a cero».

A pesar de la falta de regulación, Pablo Fernández Burgueño, abogado y socio de Abanlex Abogados, un despacho especializado en tecnología y protección de datos, considera que el «bitcoin» está «completamente regulado en España». «Los comercios que aceptan ‘bitcoins’ están obligados a pedir una factura con IVA en euros y los compradores están 0bligados a emitir una factura de su transmisión o, si son particulares, a firmar un documento de entrega/adquisición de bienes usados. No hay vacío legal», señala el letrado en un artículo publicado en la web de su bufete.

Además, Fernández Burgueño cuestiona que el «bitcoin», desde el punto de vista legal, pueda considerarse dinero electrónico o moneda digital, como lo denomina la Autoridad Bancaria Europea. Se trata, según indica, de un «bien mueble, digital, no fungible y de propiedad privada», según se determina en el Código Civil

Doce millones de monedas

Actualmente hay 12 millones de bitcoins en el mundo. Esta cifra, que no es casual, aumenta cada día a un ritmo decreciente que seguirá «creando» bitcoins hasta llegar a los 21 millones, se calcula que en el año 2014. Se trata de un proceso informático que, basado en un algoritmo, simula la búsqueda del oro con complejos procesos informático que permiten a los usuarios interesados «buscar bitcoins». El que encuentra los nuevos bitcoins se los queda. Dado que cada vez quedan menos y cada vez tardan más en encontrarse, sus defensores esperan que su valor siga subiendo. Consideran que superar la barrera de los mil dólares no es un problema, aunque esperan que continúe apreciándose a medio plazo.