Antonio Pérez (Almería, 1968), aunque valenciano de adopción, es el director general de la cadena de panaderías y cafeterías Panaria, firma que en pocos años ha tenido una expansión sin precedentes en el competitivo sector de la alimentación y la restauración a través de tiendas propias y franquiciadas en España. «La puesta en marcha de esta iniciativa cuenta su principal ejecutivo es el ejemplo de un directivo con vocación de empresario que un buen día decidió abandonar un marco de comodidad para construir su propio negocio». En 2010 constituyó la mercantil Panaria y el primer establecimiento arrancaba un año después en Canarias «por motivos de traslados profesionales y familiares». Desde aquel terreno insular comenzó la expansión, sobre todo en la Comunitat Valenciana

«La idea que empecé a desarrollar y estudiar en 2009 consistía en un tipo de panaderías implantadas en países europeos como Inglaterra y Alemania, donde ofrecen productos de calidad, bien elaborados y se puede comer de forma saludable. Ese modelo no existía en España. Con algunos matices y la idiosincrasia propia del país introduje dicho modelo en nuestro país», recuerda Antonio Pérez un lustro después de su decidida aventura empresarial. Gracias a este formato, Panaria se ha convertido a la vuelta de pocos años en la mayor empresa de panaderías de la Comunidad Valenciana.

Cada tienda oferta alrededor de setenta referencias de pan, bollería, ensaladas, bocadillos o cremas, entre otros productos. «Comida que no tenga el vecino, diferenciada del bar o la panadería de la esquina en un ambiente más agradable y donde se cuida al detalle diseño y decoración», puntualiza el fundador de Panaria. Además, Pérez considera que la fórmula comercial de franquicia ha sido aciertos para llevar a cabo la expansión de su marca. «Confiábamos plenamente en el modelo de negocio. Hicimos todas las pruebas y adaptaciones necesarias en nuestros primeros nueve establecimientos propios, pero nunca hubiéramos podido llevar a cabo un desarrollo similar sin la fuerza que ofrece la posibilidad de contar con emprendedores locales, dispuestos a invertir en la marca», destaca Pérez. El desembolso medio que requiere una apertura es de 60.000 euros para un local de cincuenta metros cuadrados, cuyo propietario atiende personalmente la actividad.

La cadena de panaderías y cafeterías no deja de inaugurar establecimientos franquiciados. Las próximas estarán ubicadas en Madrid, Barcelona, Almería, Málaga y Tarragona, donde ocupará importantes locales en sus principales calles comerciales. Además, el grupo prepara su desembarco en Valladolid y ya se encuentra en fase de obras en un nuevo espacio en Madrid, donde la empresa valenciana tiene un objetivo especial de implantaciones. Con estas aperturas, Panaria alcanzará las 50 tiendas, tanto propias como franquiciadas. Hasta ahora, la red ha invertido dos millones de euros y en 2013 generó 9,6 millones en ventas, tres veces más que el ejercicio anterior.

El secreto, según su promotor, «se basa en la elaboración y venta de panes de autor, repostería y bocadillos, a precios adecuados, y en un entorno muy cuidado». También sostiene que «Panaria ha supuesto una renovación en el sector de las panaderías clásicas, pues ha visto cómo el consumidor estaba dispuesto a pagar algo más por un producto con mayor elaboración».

Este empresario no se ha quedado en Panaria. Ahora busca repetir el éxito lanzando una marca dentro del sector de la restauración. Acaba de inaugurar en el mercado Colón de Valencia el segundo establecimiento de Bocados Café. Su previsión es concluir el año con otras diez unidades similares en otros puntos de España. «Queremos pasarlo bien, abrir cafeterías que eleven la categoría turística de una ciudad. Cuidamos los detalles y postaremos por implantamos en grandes urbes y lugares emblemáticos», concluye.