Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La vacuna empieza por 'e' de ERTE y de Europa

La vacuna empieza por 'e' de ERTE y de Europa

Las letras son el mejor digestivo. Cada noche cuando llego a casa del periódico escribo un diario con lo sucedido durante las últimas 24 horas. Siempre sobre un papel natural ahuesado de 90 gramos y con un bolígrafo de gel de mina de 0,5 milímetros. La vida del coronavirus está tan superpoblada de «en directos» y «últimas horas», en lo profesional y en lo personal, que temo que si no guardo los detalles dentro de muy poco tiempo seré incapaz de recordarlo y calibrarlo todo, lo bueno y lo malo, los arribas y los abajos, sobre todo ahora que a menudo mi memoria se reserva el derecho de admisión.

Releo algunas de las anotaciones más dolorosas de esta semana que empiezan por E de ERTE, el omnipresente ajuste de plantilla temporal que se postula como la mejor vacuna contra la crisis y la pérdida de empleo. Nadie está libre de sus garras. Ya lo escribía el miércoles en estas páginas José Luis García, periodista de Levante-EMV: «Ser actividad esencial en estos tiempos de zozobra no es sinónimo de prosperidad garantizada». Los horneros de València que luchan por sobrevivir a un año sin mona de Pascua y cuyos ingresos se han volatilizado tramitan una veintena de ERTE. Pero no son los únicos. Desde el pasado 16 de marzo más de 57.000 empresas de la Comunitat Valenciana han planteado estos expedientes, que suspenden el contrato o reducen la jornada de más de 340.000 empleados. Ningún sector es inmune a los tiempos de zozobra, ni siquiera la agricultura, el pulmón de la cadena alimentaria que hasta el jueves había presentado 249 ERTE, el 0,4% del total.

Por E también empieza Eurogrupo, el club de elite formado por los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona -entre ellos la española, Nadia Calviño- y que es otro de los protagonistas de mi diario que se postula como vacuna anticrisis. El jueves acordó movilizar 540.000 millones de euros en préstamos para que Estados miembros, empresas y trabajadores puedan hacer frente a la pandemia -ERTE incluidos-, sin condicionalidad alguna para el acceso a los fondos pero sin concreción tampoco sobre el futuro fondo para la reconstrucción de Europa, esa reedición del plan Marshall que algunas voces como Ximo Puig tanto ansían.

A mi diario le dan vértigo y le abruman estas vacunas, tanto los ERTE de los empresarios como los millones que gestionarán los políticos de los países del euro. Cierto es que unos y otros instrumentos, bien delimitados y con fecha de caducidad, deben contribuir a paliar el impacto económico de las medidas de contención del coronavirus. No son gratis ni perfectos, pero utilizados en su justa medida y sin derroche dotarán a autoridades, empresas y empleados de herramientas para combatir una emergencia sanitaria y económica sin precedentes. Si políticos y empresarios actúan en sentido contrario y abusan de unas medidas que por fuerza deben ser excepcionales, tendrán que rendir cuentas a una sociedad que ya no volverá a ser la misma y que no tolerará las malas prácticas. No lo hará ahora ni tampoco cuando pasen los tiempos de zozobra y vuelva la prosperidad. Que volverá y mi diario será testigo.

Otra información destacada del día sobre coronavirus

247 nuevos positivos en coronavirus en la Comunitat Valenciana

El virus causa ya una de cada cuatro muertes en València y 65 fallecidos están sin confirmar

DATOS | Así evolucionan los casos de coronavirus en la Comunitat

Solo dos de cada 100 afectados por ERTE cobrarán su prestación en abril

Hasta 92 muertes más al día de lo esperado: así fue el pico del coronavirus en la Comunitat

El mundo fallero empieza a asumir que las fiestas podrían no ser en julio

Compartir el artículo

stats