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Mompó, el vino sagrado de las Filipinas

La marca Mompó es la denominación genérica con la que se conoce el vino de misa en Filipinas. La firma valenciana cumple 170 años y sigue su expansión en Asia

Mompó, el vino sagrado de las Filipinas

En Filipinas no diga vino de misa, diga vino Mompó. La historia viene de lejos y arranca en València. Cuando la filoxera afectaba de lleno al viñedo del viejo continente el cultivo de uvas desapareció en toda la Europa del norte mientras en el mundo se incrementaba la demanda de vino. Esta epidemia, que terminó llegando al viñedo valenciano, no fue visible hasta principios del siglo XX. En aquellos tiempos el valenciano Juan Antonio Mompó Pla, por entonces tratante de mulas, intercambiaba arena de la playa por vino que después vendía en el Puerto de València. La arena evitaba que el insecto de la filoxera pudiese penetrar en la vid. El alto precio que alcanzaba como consecuencia de la citada plaga vegetal permitió a Mompó Pla crecer rápidamente en un nuevo mercado como era el de la exportación. La epidemia había arrasado el viñedo del norte europeo sin llegar todavía al valenciano. El interés por los caldos valencianos se incrementó notablemente y compañías legendarias del norte de Europa como Teschendorff, Steiner o Schenk, entre otras , se instalaron cerca del recinto del Grao para garantizarse el preciado suministro de vino.

Estas curiosas historias las recuerda Juan Antonio Mompó Gimeno (València, 1955), actual administrador de Arenal Wines. Él es hijo, nieto y biznieto de aquella saga familiar que continúa exportando vinos valencianos a medio mundo. Su padre, a la sazón expresidente de la Autoridad Portuaria de València, junto con el resto de los exportadores de vinos , lideró la creación de la empresa Vinícola Valenciana (Vinival), líder en el sector español de exportación de vino durante varias décadas. En 1978 la mercantil se asoció dentro del grupo Bodegas y Bebidas, que en 2001 fue adquirida por la multinacional Allied Domecq , segundo grupo mundial de vinos y bebidas espirituosas. Tres años más tarde Juan Antonio Mompó Gimeno fue nombrado presidente y director general del grupo en España, que en 2005 fue comprado por el grupo Pernod Ricard. Un lustro después la firma de los Mompó se convirtió de nuevo en independiente a través de la creación de la citada Arenal Wines, en recuerdo del iniciador de la actividad de aquel comerciante de mulas y arenas.

¿Por qué el éxito exportador de la empresa valenciana? La explicación hay que buscarla, sobre todo, en Filipinas. Cuenta el bodeguero valenciano que ya desde la segunda mitad del siglo XIX la evangelización de los misioneros españoles estaba acompañada por la casa Mompó. Fue así como este vino fue consagrado en los altares misioneros en Filipinas y Japón. «A lo largo del siglo XX el vino de misa Mompó se ha consolidado como el escogido para celebrar la eucaristía alrededor del mundo», explica el empresario valenciano.

Fue tan grande la implantación de este caldo usado en celebraciones litúrgicas de Filipinas que la marca ´Mompó´ es la denominación genérica del vino de misa en este poblado país del sudeste asiático, provincia española hasta 1898. Todo un éxito, sin duda. ¿Qué particularidades tiene este vino? Para la celebración de la misa se usan vinos dulces y de alta graduación que además de ser más amables al paladar el sacerdote debe tomar en ayunas. Su alta graduación y el azúcar son determinantes para la perfecta conservación; algo que es vital en remotas parroquias. «Y el contenido en azúcares debe provenir de forma natural, no se permite la chaptalización (añadir azúcar al vino)!», advierte el dirigente de Arenal Wines .

Su abuelo, Luis Mompó Soriano, supo conducir el negocio en tiempos de crisis. Fue el navegante que pilotó el barco a buen puerto durante los años más turbulentos de una Europa en guerra. Se aseguró de que el vino Mompó llegara a los altares de las iglesias incluso durante las guerras y los bloqueos comerciales. La empresa valenciana se especializó en la exportación a las provincias españolas de ultramar abriendo almacenes en la Habana, Buenos Aires y Manila. Filipinas fue invadida por Japón en diciembre de 1941 y no fue liberada hasta junio de 1942. Fue un periodo muy duro para la población, pues fue objeto de grandes sufrimientos y vejaciones y se refugió en su gran religiosidad ante la dureza de la invasión. Para celebrar las misas, prácticamente clandestinas, la población tenía que acudir al «almacén de Mompó» y poder así obtener el vino que luego sería consagrado. Desde ese momento el vino de la casa Mompó pasó a convertirse en un genérico de vino para la celebración de las misas en ese territorio.

«La gran mayoría de las personas involucradas en el sector exportador del vino conocen el nombre ´Mompó, entre otras muchas cosas porque mi padre, Juan Antonio Mompó Ochoa, fue fundador de la federación española del vino y líder de la principal empresa exportadora de vino español», explica su hijo, propietario de Arenal Wines, desde un viñedo de Villar del Arzobispo . El esfuerzo laborioso de varias generaciones de una misma familia ha llegado a construir una marca y una categoría de vinos ligada al tradicional moscatel valenciano. Mompó ya vende mas de 800.000 botellas en el mercado asiático. Las dos sociedades participadas a partes iguales por las familias Mompó y Teschendorff han recuperado el liderazgo en la exportación de vinos. En menos de una década de recomenzar de forma independiente su actividad facturan algo mas de 10 millones de euros (según datos 2019).

Los Mompó fueron, incluso, pioneros en el uso del Canal de Suez. Hay tres viajes documentados de Juan Antonio Mompó Pla a la ciudad de Manila en el siglo XIX. Y se interrumpirán a raíz del tratado de París, del 10 de diciembre de 1898, que obligó a España a conceder la independencia a Cuba y a ceder Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. Unos años antes, con la apertura de la citada travesía marítima africana los viajes a Filipinas se simplificaron de forma notable ya que el único medio de viajar allí hasta entonces era por medio del Galeón de Manila (la Nao de China). La apertura del Canal de Suez fue aprovechada para incrementar el comercio de vino español con Asia y Juan Antonio Mompó Pla utilizó Filipinas como almacén logístico para sus ventas a Japón. València se convirtió así, todavía más, en el puerto del vino. La exportación se realizaba entonces por medio de bocoyes (toneles grandes) . «El moscatel es especialmente bien recibido en el mercado filipino y es, todavía en la actualidad, junto al brandy español, una bebida preferida de la población filipina y la casa Mompó, con su presencia en Manila, continúa su actividad comercial. Ahora ya se ha incorporado una quinta generación que participa en el negocio. Se ha podido mantener a pesar de que España había perdido su estatus en este país que se mantenía como estado asociado a EE UU» , explica el administrador de Arenal Wines.

El vino Mompó continua incrementándose y queda ligado en la distribución a todas sus 7.000 islas a través de otras grandes empresas españolas, hoy desparecidas: la compañía de tabacos de Filipinas, Tabacalera y Domecq. La familia Mompó pudo recuperar la distribución de la marca y emprendió hace una década un cambio estratégico de su negocio clave para que la marca pasara a embotellarse en España. Ahora esos nuevos directivos de la familia empiezan a ocuparse de la marca con una presencia directa en los mercados exteriores, sobre todo en el filipino. También continúa con el vino elaborado en Cheste y sigue su camino introduciéndose en nuevos nichos de negocio tanto asiáticos como americanos. «La quinta generación, desde España, cuida la imagen de marca al tener sede en Filipinas. Allí realiza una promoción in situ. Dedica todos sus esfuerzos para que esta tradición continúe otros 170 años más», concluye Juan Antonio Mompó. La saga familiar quiere seguir vinculada al mundo del vino de misa. Un producto muy especializado y aparentemente poco relevante, aunque puede hacer grande a una compañía.

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