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Madrid pone en un ay a la economía valenciana

La autonomía tiene tantos vínculos con la capital que un cierre total de aquella agravaría la ya difícil situación

La Cibeles y la Puerta de Alcalá, dos emblemas de la capital de España. EFE

La Ciudad de las Artes y las Ciencias se ha convertido en la imagen de València. emv

L a expansión descontrolada de la pandemia del coronavirus en la Comunidad de Madrid ha llevado, tras muchos días de resistencias del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, a aceptar medidas más drásticas para tratar de poner freno a la covid-19. De momento, la capital y otras nueve poblaciones de la autonomía van a entrar en un confinamiento limitado: restricciones a la movilidad personal fuera de esas poblaciones y reducción al mínimo del ocio. Los expertos dudan de que estas medidas tardías sean suficientes. Así que el horizonte de un confinamiento total excepto para las actividades esenciales puede no estar muy lejos. Una catástrofe para Madrid, también en términos económicos, a la que no será inmune la Comunitat Valenciana.

El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) sitúa en un informe a la Comunidad de Madrid como la primera región de origen y destino de las compras y ventas de las empresas valencianas. Estas últimas venden a sus homólogas de la autonomía del centro que pertenecen a sectores de comercio, fabricación de vehículos de motor, industria alimentariay la construcción. El puerto de València, es bien sabido, es también el puerto de Madrid. Y ¿qué decir del turismo? Pues que el litoral valenciano es la costa de una parte importante de madrileños. Por tanto, las relaciones económicas entre ambas autonomías son de un enorme calado. Y la pregunta es obligada: ¿En qué medida se verá afectada la economía valenciana por el recrudecimiento de la pandemia en la capital y las medidas para contenerla?

El director del departamento de Estudios de la patronal autonómica CEV, Ricardo Miralles, abunda en una cuestión general que esta crisis ha vuelto a poner de manifiesto. Y es que «todo está interrelacionado. Si a alguien le va mal, a tí también. En consecuencia, el confinamiento será negativo para Madrid, pero también afectará a las relaciones comerciales y a la Comunitat Valenciana». El grado de afectación estará condicionado a cuanto de estricto acabe siendo el período de confinamiento en que ha entrado ya parte de aquella región. Fuentes del puerto de València explicaron a este diario que «no tiene por qué haber ninguna incidencia» en los movimientos internacionales que canalizan las instalaciones del grao con origen o destino Madrid «si las empresas no se ven obligadas a cerrar». A este respecto, añadieron que en el confinamiento iniciado el 13 de marzo tras la declaración del estado de alarma, el puerto «no dejó de trabajar e incluso hubo más actividad en productos esenciales como los sanitarios o los alimentarios». Eso sí, cuando, en torno a la Semana Santa, también se vieron obligadas a cerrar las fábricas, el tráfico se resintió. Ahora sucedería lo mismo, aunque no de forma inmediata, «porque muchas empresas de Madrid están acumulando stocks».

Como ha quedado dicho, la clave es el grado de parálisis. Miralles apunta a que, si el confinamiento no va a más, es casi seguro que se producirá una contracción muy relevante en las visitas de madrileños a tierras valencianas, tanto los que vienen como turistas como los que tienen segundas residencias. Una primera ocasión para comprobarlo será el próximo puente del Pilar. No obstante, el profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València, Vicente Pallardó, matiza que hay que tener en cuenta que en los últimos tiempos es muy posible que ya se haya producido un menor número de visitantes por miedo al contagio.

El presidente de la Cámara de Comercio de València, José Vicente Morata,coincide en que un confinamiento parcial no debe provocar daños de calado, más allá del ya citado impacto en el turismo o, a nivel empresarial, de la previsible reducción de ventas de empresas valencianas, en sectores clave como el agroalimentario, por la evidente caída en el consumo -sobre todo en el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías)- que se va a producir en Madrid. Ricardo Miralles añade otro factor derivado de las restricciones a la movilidad. En su opinión, se van a retrasar proyectos empresariales que estaba previsto cerrar en estos días.

Vicente Pallardó duda de que Madrid acabe en un confinamiento total que impacte en la actividad productiva. Si fuera así, «nos afectaría mucho». Lo que preocupa a este economista es el daño «reputacional» por el desgobierno de la pandemia, singularmente, el de las autoridades autonómicas de la capital. «Estamos dando una imagen de caos total en Madrid y eso es malo para todos los demás», apunta antes de señalar que, «si se prorroga en el tiempo esta impresión general en el exterior de que tenemos más problemas que en otros países afectados y que no sabemos resolverlos, puede haber incidencia en la llegada de los turistas extranjeros, que serán fundamentales el año que viene para que la economía se recupere» del desastre en el que está instalada desde marzo. Morata insiste en que si se cierra Madrid totalmente, «la economía valenciana sufriría muchísimo, afectaría también a la industria y a la actividad del puerto». Todo ello en una «sociedad que se encuentra dopada gracias a los ERTE y las ayudas de todo tipo aprobadas por el Gobierno». Un día, esos estímulos y subvenciones se acabarán, «despertaremos y será muy duro».

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