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Un café en el banco

El establecimiento combina una zona de cafetería y otra de 'coworking' de libre acceso con los servicios propios de una oficina bancaria

Enrique Martínez, el pasado miércoles en el Work Café Santander.

El sistema financiero está en plena transformación. Al tiempo que cierra infinidad de oficinas tradicionales por los cambios en el modelo de negocio y la necesidad de ganar eficiencia, está abriendo nuevas sucursales con un concepto orientado al servicio personalizado a la clientela y la búsqueda de una interactuación diferente con los usuarios. En este contexto, el Banco Santander acaba de abrir en València su décimo Work Café en España y primero en la Comunitat Valenciana. Se trata de un espacio, ubicado muy cerca de la plaza del Ayuntamiento de la ciudad, concretamente en la calle Barcas, que combina las dos ideas que lo definen como marca: una cafetería y un amplio espacio para el trabajo que está abierto a toda la ciudadanía, sea o no cliente de la entidad financiera, tal como explicó a este diario el pasado miércoles, con una semana de apertura a sus espaldas, Enrique Martínez, director de la oficina, para quien el leit motiv del local es que «al cliente le apetezca venir, no que tenga que venir».

El establecimiento dispone de un primer espacio que es una cafetería tradicional, donde se sirven bebidas calientes como té o café, zumos y pastas. Nada de alcohol. Si el usuario tiene tarjeta del banco, el coste de las consumiciones es un 30 % inferior. Dos de los 11 empleados de la oficina operan en ese espacio. Son «sumillers del café», como los define Martínez por su conocimiento de esa icónica bebida.

Un café en el banco

En sus 677 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, la oficina tiene ocho salas, cinco cerradas en la parte superior, incluida una más amplia que permite reuniones de consejos de administración de pymes, y tres abiertas, normalmente dedicadas a clientes que piden «más reserva y tranquilidad» a la hora de gestionar un servicio. Las cinco primeras están equipadas con todos los adelantos tecnológicos para desarrollar los encuentros, incluso si algún participante debe hacerlo por vía telemática. Las salas se reservan a través «del anfitrión que recibe a la entrada del recinto», según Martínez.

Además, el establecimiento dispone de un cajero automático en su interior que realiza las operaciones habituales de estas máquinas y de una amplia zona para ‘coworking’, donde cualquier usuario puede trabajar, conectarse a Internet, celebrar reuniones yrealizar cualquier gestión financiera. De nuevo, no es necesario ser cliente para entrar y, por ejemplo, sentarse a una de las largas mesas del espacio, encender el ordenador y ponerse manos a la obra. De lunes a jueves, la oficina esta abierta hasta las siete de la tarde -el viernes, hasta las cuatro- y a partir de esa hora se pueden celebrar en el local eventos y organizar charlas, conferencias y cursos.

El establecimiento combina una zona de cafetería y otra de ‘coworking’ de libre acceso con los servicios propios de una oficina bancaria.

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