C uando ya creíamos que el año 2020 no podía depararnos más desgracias, llegó la gota fría. Hace apenas una semana más de 20.000 hectáreas permanecían anegadas tras caer 400 litros por metro cuadrado en zonas de Picassent, Benifaió, Almussafes, Sollana o Sueca. Primero el granizo y luego el excesivo nivel del agua acumulada provocaron pérdidas que superarán los 62 millones de euros, entre las mermas de cosechas, los sobrecostes en tratamientos fungicidas y revitalizantes para salvar el arbolado y las reparaciones de las infraestructuras dañadas. Un desastre descomunal que da por perdida la temporada a muchos agricultores. Desde AVA-Asaja reclamamos la necesidad de agilizar las peritaciones y el pago de las indemnizaciones correspondientes, puesto que los afectados afrontan las próximas semanas con una grave descapitalización. En cuanto a las administraciones, esperamos que estén a la altura de las circunstancias y se impliquen con medidas fiscales de calado, que buena falta hacen.
Porque llueve sobre mojado. Es cierto que la reforma de la ley de la cadena alimentaria, aprobada en el consejo de ministros, sienta las bases de un comercio más transparente y viable para todos los eslabones. Pero me temo que la ley pueda acabar haciendo agua si los costes efectivos de producción no son establecidos por un organismo público y siguen dependiendo de la negociación desigual entre productor y operador comercial.
También echamos de menos un compromiso sólido de las administraciones para encontrar acuerdos con el sector y facilitar herramientas de verdadero control contra las plagas y enfermedades que diezman nuestras cosechas. El ejemplo del cotonet de Sudáfrica es solo la punta del iceberg. Mientras la campaña citrícola está yendo aceptablemente bien me parece lamentable lo que está ocurriendo en el caso del caqui. Con el descenso de producción que hay, debido a la anomalía climática y la afección de diversas plagas y enfermedades, una gestión de la campaña mínimamente decente hubiera permitido incrementar las cotizaciones en origen a unos niveles mucho más razonables. Sin embargo, esa evolución no se está dando y existe una diversidad de precios escandalosamente amplia entre los productores.
