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LA REFORMADE LOS PLANESDE PENSIONES A LOS AHORRADORES

El presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, afirma que los planes del Gobierno sobre la nueva fiscalidad de los planes de pensiones forman parte de un debate que había que iniciar, pero también que el enfoque inicial no es correcto, porque se limita la capacidad de ahorro de los trabajadores antes de tener resuelto un nuevo modelo para los planes de empresas.

¿Hay que hacer dos lecturas, una para los planes individuales y otra para los planes de empresa en cuanto a los efectos de los planes del Gobierno?

Sí. En el sistema individual (tercer pilar), se recorta drásticamente el límite de las aportaciones, pero no hay una opción en paralelo para que las aportaciones que no podrás hacer en el tercer pilar, las puedas hacer en el segundo (planes de empresas). 

Supongo que cuando se hayan desarrollado los planes de empresa sí existirá esa opción…

Pero, en el mejor de los casos, eso estará regulado dentro de dos años.

¿No tiene sentido limitar las aportaciones a los planes individuales en esa situación?

Si el Gobierno tiene el objetivo, que es legítimo, de que haya más aportaciones al segundo pilar, en tanto no se permita aportar a ese segundo, lo normal es que deje que se siga aportando al tercero. En España vamos al contrario de la Unión Europea que pide desarrollar los tres pilares en los que deben apoyarse las pensiones.

¿Qué efecto tendrá eso en la industria del ahorro?

El perjuicio no es tanto para la industria, como para los trabajadores, en general. Si te quitan opciones para canalizar parte de tu renta, los perjudicados son los trabajadores. Y no es que estemos en contra de revisarlo. Se trata de mantener los tres pilares para la jubilación: uno que venga a través de un sistema de reparto, un segundo que corresponda a la capitalización vía empresa y un tercero, a la capitalización individual. Sobre estos tres se asienta la política de la Unión Europea. En España vamos en sentido contrario. 

Pero para la industria también tendrá efecto, porque recaudarán menos patrimonio.

Cada gestor habrá hecho sus números, y dependerá de su base de clientes. Pero si limitas las aportaciones, tendrá efecto en las entidades, aunque aquí los más perjudicados serán los que pueden ahorrar más.

¿También hay coste para el Estado?

La Agencia Tributaria dice que lo que le cuestan los planes en términos fiscales son 1.630 millones. La Airef ha rebajado la cifra a 450, porque hace cálculos metiendo el coste fiscal de las aportaciones. Y nosotros lo bajamos más, porque la Airef no considera los supuestos de liquidez por desempleo, enfermedad grave o el covid. No estamos hablando de un producto de ricos cuando hay 7,5 millones de personas que han aportado a los planes.

¿Era necesaria una reforma del segundo pilar?

En Inverco hemos defendido que hay que potenciar y estimular el segundo pilar, pero no a costa del tercero. O no mientras no haya un verdadero segundo pilar que cubra a la mayoría de los trabajadores. Hay que dar esa alternativa. El segundo pilar hay que reformarlo porque no ha funcionado. En los últimos siete y ocho años ha habido más salidas que entradas. 

¿Cómo debería hacerse esa revisión?

Para nosotros, el modelo inglés es el que el funciona. Es el modelo que recomienda la OCDE para poder extender a toda la población la posibilidad de ahorrar a través de las empresas. El modelo determina que las empresas tengan la obligación de hacer un plan de pensiones y los trabajadores puedan darse de baja si así lo desean.

¿Con incentivos fiscales para las empresas?

Si no hay incentivo fiscal, no se hará. Bastante tienen las empresas con sobrevivir. 

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