En el momento de ponerme a redactar estas líneas, preparábamos la reunión en el Tribunal de Arbitraje Laboral (TAL). Era el penúltimo intento para evitar la huelga convocada, como es casi una costumbre cada vez que se negocia el convenio de manipulado de cítricos, para el más decisivo e intenso momento de la campaña, entre el 14 y 20 de diciembre (en 2016 se convocó entre el día 15 y 20 del mismo mes). No me reiteraré en la inoportunidad de la fecha porque la reflexión que quisiera exponer desde esta tribuna va más allá. Llegáramos o no a un acuerdo in extremis, para ésta y próximas negociaciones convendría que todos supiéramos lo que somos y a lo que nos dedicamos. Me queda la duda de si UGT y sobre todo CCOO, viendo lo visto, sabrían dar una respuesta satisfactoria.
Si en algo estamos seguro de acuerdo patronal y sindicatos es que la visión del modo de organizar el trabajo en los almacenes de confección es lo que ha precipitado la ruptura. Los representantes sociales reclamaban hasta este jueves horarios convencionales, ocho horas diarias de lunes a viernes, con los que conciliar vida laboral y familiar. Nuestra postura, la del CGC y la de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat, ha sido la de buscar fórmulas garantistas en cuanto a los derechos sociales pero también en cuanto a la prestación del servicio, lo que exige respetar la normativa laboral pero hacerlo también con flexibilidad. Los pedidos llegan cuando llegan, con plazos de entrega siempre ajustados. Trabajamos con perecederos y dar satisfacción al cliente es nuestra principal ventaja: sólo aprovechando la proximidad geográfica en el mercado de la UE, cumpliendo con los requisitos de la gran distribución, podemos hacer frente a una oferta que sabemos que trabaja con reglas de juego bien distintas. ¿Cómo podría si no competir la citricultura con mayores costes de producción y laborales del mundo -la valenciana, que está por encima incluso de la californiana- con Egipto, Marruecos, Turquía, Sudáfrica o Argentina?; ¿Cómo va a seguir concentrando la Comunitat el 70/80% de las exportaciones si no es asegurando el mejor servicio? La logística es una cadena que arranca en la recolección y tiene su punto crítico en los centros de confección, donde se estructura el trabajo de las encajadoras. La flexibilidad, en tales circunstancias, no es conveniente, es vital.
