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Bruselas se ceba con el sector pesquero

La pesca valenciana prolonga su agonía al decidir la comisión europea otro recorte de las capturas del 7,5 % durante 2021 en el Mediterráneo. ESTE SECTOR genera 8.000 puestos de trabajo, entre directos y asociados, y un volumen de negocio anual de 56 millones de euros

Vicente Pérez Crespo, en el puerto de Cullera, el pasado martes. | EMV

Vicente Pérez Crespo (Cullera, 1947) cedió el timón de dos buques pesqueros hace una década a sus hijos para que continuaran con el oficio tan arraigado en esta familia de hombres de la mar. Aunque sigue de cerca el día de día de la actividad pesquera. Ahora, tras conocer el acuerdo de la Unión Europea (UE) para el Mediterráneo, sostiene que «los burócratas de Bruselas abocan a la desaparición de esta actividad primaria en la Comunitat Valenciana». Aunque el Ejecutivo del viejo continente y el del Gobierno de España se sienten satisfechos por ese pacto sellado hace escasos días, al no afectar a especies tan importantes como la caballa, el jurel o la bacaladilla, este veterano patrón no piensa igual que los dirigentes políticos. Desde el Puerto de Cullera, donde es presidente de la Cofradía de Pescadores, también de la federación de la provincia de Valencia, reflexiona sobre este «pacto dañino» mientras contempla la flota de embarcaciones de arrastre y de artes menores que cada año tienen menos días para faenar, lamenta desde el recinto portuario en declaraciones a El Mercantil Valenciano. El acuerdo al que han llegado los ministros de pesca de la UE supone un duro varapalo para los intereses de los pescadores valencianos porque disminuye otro 7,5% los días de actividad de la flota de arrastre del Mediterráneo occidental. Tras 42 años saliendo a la mar, Pérez Crespo, que sigue desde tierra firme la actividad de sus buques Marenyero y Segon Marenyero, ahora pilotados por sus hijos, advierte de que dicho recorte de capturas para el próximo año «resulta muy lesivo para los intereses del sector pesquero valenciano», al tiempo que expresa su «rechazo frontal» . Apunta que el Mediterráneo se vuelve a convertir en la moneda de cambio frente a otros caladeros españoles y europeos. En su opinión, es una cifra excesiva de recorte de capturas porque, sumada a la reducción y limitaciones actuales, puede suponer el fin de la pesca de arrastre de este territorio del Mare nostrum en poco tiempo. Y es que, en 2020 ya se redujo otro 10 % esas jornadas de tareas pesqueras.

Lenguados, sepias, calamares, rapes, gambas, almejas o tellinas . Las lonjas locales venden sobre todo a proveedores de proximidad y no tanto a la industria porque las cantidades son menores que en otros territorios de España. Con todo, son claves en el suministro de pescado fresco para las cadenas de distribución y mercados municipales, entre otros canales de venta de la Comunitat Valenciana. La captura y comercialización del pescado de lonja crea unos 8.000 puestos de trabajo en la autonomía, entre directos y asociados, y las cofradías cerraron 2019 con un volumen de negocio de casi 56 millones de euros. La autonomía aglutina a algo más de una veintena de cofradías de pescadores (la más importantes están en Alicante) que cuentan con casi 300 buques de arrastre y 160 de artes menores, cerco o palangre. La flota autonómica ha perdido mucha actividad en estas últimas tres décadas. Cuenta Pérez Crespo que amarrar las embarcaciones tantos días como propone Bruselas será una auténtica «ruina» para un sector que genera cada vez menos riqueza económica. El de València ha pasado de un centenar de barcos a solo seis en poco tiempo. El tijeretazo de Bruselas supone que los de arrastre de la Comunitat Valenciana -que están dos meses de veda al año (enero y septiembre)- sólo podrían salir a faenar, a partir de 2021, alrededor de 170 días cada ejercicio.

A sus 73 años este expatrón pesquero de Cullera reconoce que el sector «prolonga su agonía» y no recuerda unas medidas tan drásticas como las aprobadas recientemente por la Unión Europea. Dice que la incertidumbre no favorece la planificación y, por tanto, las inversiones del sector en planes de modernización. También la consellera Mireià Mollà, considera que la decisión adoptada por los ministros de y Pesca de la Unión Europea de reducir en un 7,5 % las capturas de la flota de arrastre en el Mediterráneo para el próximo año «resulta muy lesiva para los intereses del sector pesquero valenciano», al tiempo que expresa su «rechazo frontal» al pacto alcanzado recientemente. De cara a atenuar el impacto negativo que la rebaja de las cuotas de pesca va a tener sobre los profesionales valencianos del mar la consellera anuncia su intención de solicitar al Ministerio de Agricultura una revisión de la actual normativa estatal en materia pesquera, de tal manera que se contemplen mecanismos encaminados a mejorar la situación de estos profesionales. «La flota del Mediterráneo se ha reducido en un 40 % durante la última década, no entiendo los recortes», agrega el presidente de la Cofradía de Cullera.

Comparte esa idea la patronal de armadores Cepesca, que rechaza el resultado de la negociación porque disminuye las posibilidades respecto a las de 2020, en un contexto de crisis económica por la covid-19. Su secretario general, Javier Garat, critica la falta de sensibilidad» de la Comisión Europea con los pescadores y califica como «fracaso total» la parte de la negociación que afecta al Mediterráneo. Cepesca lamenta que no se haya tenido en cuenta la solicitud del sector de no reducir ni un día más de pesca en 2021 , aunque ha conseguido frenar parcialmente la propuesta inicial de reducción de los días de pesca del plan de gestión para los recursos del 15% al 7,5%. Tilda de «desastre» el resultado y alerta de las negativas consecuencias que este nuevo ajuste tendrá en las flotas que faenan en esta zona.

«Bruselas se ceba con el Mediterráneo», añade el otrora pescador valenciano.

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