Falta menos

Falta menos

Falta menos

José Luis Chover Lara

Salvo la salida de Castelló de la alcaldía de Sagunt, cuyo mandato se ha caracterizado por la prepotencia y las artimañas para concentrarse en hacer su voluntad desde la Junta de Gobierno y desdibujar a la oposición mayoritaria, no vemos nada nuevo bajo el firmamento político local. Lo único nuevo es que falta menos. Falta menos para las elecciones y que el pueblo se pronuncie contra un Partido Popular que no ha dejado de maltratarnos con un malgobierno que solo disimulan a fuerza de propaganda mediática. Un gobierno al que todo le da igual, desde los patos hasta los presupuestos (sobre todo los presupuestos, sin aprobar desde 2009). A su aire y a su antojo sigue haciendo como que hace. Por eso, que falta menos es lo mejor que se puede decir al finalizar este año preelectoral.

Y es que en ocho años de gobierno monocolor no han dado ni un paso en lo que es más importante para desarrollar una gestión municipal coherente como es proyectar una ciudad. Llevan años sin definirla y más años especulando con proyectos no cumplidos. No conocemos ni una sola gestión con éxito de este equipo de gobierno en la lucha por los intereses de la ciudad ante los gobiernos estatal o autonómico sobre actuaciones o proyectos importantes. Ahí están sin iniciar la conexión ferroviaria al puerto comercial, o la finalización del desdoblamiento de la CV-309, o el ninguneado proyecto del Corredor Mediterráneo a todos los valencianos, o el AVE y el cubrimiento de las vías a su paso por la ciudad, o la prometida inversión para la línea férrea de Aragón y su conexión con el Cantábrico. Proyectos estratégicos de calado que, sin voluntad política se eternizan en el tiempo y con ellos las posibilidades de despegue de nuestra ciudad. Todas las infraestructuras necesarias para el desarrollo de esta área estratégica se hallan en fase de «pendiente».

Siguiendo otras líneas, podemos sumar el fiasco definitivo de la Ciudad y el Campus de las Artes Escénicas, o la Zona Franca, promocionada como la gran solución y que se ha silenciado como el auténtico bluff que era, o la necesaria apuesta por el turismo cultural e industrial, valor añadido al tradicional de sol y playa, o la deficiente gestión de los distintos programas de inversión con los que han manejado más de 60 millones de euros sin que la ciudad haya cambiado sustancialmente o la pésima y costosa gestión urbanística en la que andan enredados. Todos son claros ejemplos de una ciudad que no se está haciendo, una ciudad que no se está proyectando y mucho menos ejecutando.

Paro y desindustrialización. Por el contrario, el paro ha sido un constante ataque a la estabilidad familiar. La creciente ola de desindustrialización que sufrimos, los EREs en grandes y medianas empresas, el hundimiento del sector de la construcción o el cierre de infinidad de pequeñas empresas y autónomos son nuestra realidad, difícilmente disimulada por pequeños contratos temporales y un Plan de Empleo Municipal que, después de negarse a ponerlo en práctica, ahora lo promocionan como «su» proyecto 5 estrellas.

Falta menos para esperar que las elecciones de mayo nos traigan una nueva ilusión. Durante demasiados años, este gobierno ha demostrado suficientemente su incapacidad, y en buena lógica, su minoría no debería ser impedimento para el desarrollo de políticas de corte progresista en nuestra ciudad. Lo bueno es que ya falta menos para el final de la legislatura y aunque, en breve, Sagunto será un desfile de Consellers y Secretarios Autonómicos cesantes con su «variado» de proyectos y promesas para regalarnos el oído, tenemos la certeza de que ya nadie les creerá.

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