José Luis Martí ha salido al paso de la «táctica de Compromís de querer tirar por tierra» la gestión municipal al ver que «la ciudad prospera» y eso «va en contra de sus intereses», así que «intenta hacer creer que las cosas no funcionan». Estas palabras responden a la denuncia nacionalista sobre el ascensor de la Casa de Cultura del Port que, según advirtió el edil Albert Llueca, llevaba sin funcionar dos meses. «La avería se comunicó el 11 de febrero y el 19 ya estaba solucionada», replica Martí.

El edil popular insiste en que «tienen nuestros números de teléfono y saben dónde localizarnos —en referencia a los concejales de Compromís— pero su táctica es decir en la prensa lo que les parece y después preguntar». Otra de las denuncias nacionalistas sobre este asunto hacía referencia a que el contrato de mantenimiento de los ascensores había caducada, algo que Martí niega: «Se firmó en enero de 2013 con una vigencia de tres años y la posibilidad de prórroga por otro ejercicio más, lo que haría que se extendiera hasta 2017».

En esta línea, el edil popular añade que «el mantenimiento de los ascensores fue unificado durante el mandato del PP, medida que supuso un importante ahorro porque, anteriormente, cada delegación municipal tenía un contrato de su ascensor con una serie de revisiones y de servicios, de tal modo que algunos no llegaban a gastar los servicios contratados, aunque si se pagaban. Además —prosigue Martí— de la rebaja en la factura, la unificación en un único proveedor ha dado unos resultados de calidad que son contrastables».