Nunca se ha parado a pensar si su causa merece tanto sacrificio?», decía Rick en la famosa película «Casablanca», en una de las tres frases aplicables al diálogo social en la empresa SAG.

El acuerdo firmado entre la Dirección de la SAG y el Comité de Empresa del servicio de aseo urbano, integrado por representantes de los sindicatos CC.OO., UGT y CSIF fue firmado por la totalidad del Comité de Empresa, de manera unánime.

Como siempre se ha sostenido unitariamente desde el Consejo de Administración de la Empresa, el objetivo de la SAG, una vez finalizada la vigencia del Convenio Colectivo del servicio de aseo urbano, no podía ser otro que el de contar con unas mismas condiciones de trabajo para toda la plantilla: sin excepciones ni privilegios.

Esa es, sin duda, la mejor noticia que podíamos dar: Por fin la SAG cuenta con una plantilla que presta sus servicios en base a unos mismos criterios organizativos para ser más eficaces, cubrir las necesidades y hacer sostenible un servicio público del que todos nos sintamos orgullosos.

Haber logrado que la minoría de trabajadores que prestaban sus servicios de lunes a viernes acepten las mismas condiciones de trabajo que la mayoría de sus compañeros y compañeras es una buena noticia. Pero sería tremendamente injusto y mezquino no reconocer el trabajo desarrollado por varias personas, cuyo grado de implicación y compromiso, desde sus diferentes niveles de responsabilidad, ha sido clave para la consecución de un modelo organizativo que limita a 18 fines de semanas y a 5 fechas festivas el trabajo de toda la plantilla, suprimiendo el privilegio de trabajar solo de lunes a viernes, lo cual obligaba a distinguir entre dos plantillas sin motivo razonable. Y esa causa, no merecía tanto sacrificio...

Pero que nadie se confunda: esas condiciones ya en 2013 habían sido refrendadas por la mayoría de la plantilla. Lo único que quizá ha variado es que están próximas las elecciones sindicales, y por eso, quienes hasta ahora se habían opuesto a aceptar la voluntad de la mayoría, han optado por dejar de nadar como los salmones.

París. «Siempre tendremos París. No lo teníamos. Lo habíamos perdido hasta que viniste a Casablanca; pero lo recuperamos anoche...»

El pacto firmado es, intrínsecamente, positivo para el interés público. En primer lugar porque permite gestionar los recursos con mayor eficacia, distribuyendo de manera equitativa el trabajo en fines de semana entre todos los trabajadores y trabajadoras según las necesidades del servicio. Y en segundo lugar porque suprime los privilegios que unos pocos se habían empecinado en mantener, a costa del interés general.

También se dice que es mejor un mal acuerdo que un buen pleito, y eso, además, coincide con la política de mano tendida del Consejo de Administración. Siempre se apostó por una regulación pactada, consensuada y respaldada por la mayoría de la plantilla. Y ello pese a que algunos negasen la capacidad de diálogo de la Empresa, optando por judicializar cualquier cuestión cuando sus exigencias no eran atendidas: no hubo acuerdo para actualizar los salarios en 2010, y fue el Tribunal Supremo quien dejó claro que no procedía de manera automática la aplicación del IPC. Tampoco hubo acuerdo sobre cómo debía pagarse el trabajo en festivos, y el Tribunal Superior dictó sentencia favorable a la empresa. Incluso se cuestionó la actuación de la Dirección de la SAG durante la huelga de 2012, y hubo sentencia del Juzgado de lo Social 17 de Valencia, también favorable a la Empresa?

Sin embargo, el Consejo de Administración siempre mantuvo su capacidad de diálogo. Y en una coyuntura muy difícil para el sector público, la SAG firmó acuerdos con las representaciones de los trabajadores en todos sus servicios, para adecuar las condiciones de trabajo a las exigencias de la normativa básica estatal. Por lo tanto, alguien debería preguntarse por qué fue posible firmar el 12 de mayo de 2014 un acuerdo sobre la jubilación parcial y el contrato de relevo con el Comité de Empresa del servicio de Limpieza de Edificios Públicos, y cuál ha sido la causa del retraso en la consecución del acuerdo para el servicio de Aseo Urbano? Nunca es tarde si la dicha es buena: el 25 de marzo todos recuperamos París.

«Presiento que éste es el comienzo de una gran amistad». Pese a que la prudencia y la responsabilidad aconsejaba a todas las partes firmantes del acuerdo del pasado 25 de marzo, ser cautos, puede comprenderse que, ante la proximidad de las elecciones sindicales en el servicio de aseo urbano, haya quien quiera arrimar el ascua a su sardina. Sin embargo, lo principal es que en 2015 se vienen alcanzando acuerdos que señalan una nueva manera de entender las relaciones laborales en la empresa municipal... Así, podemos hacer nuestra la frase de Rick: «Presiento que éste es el comienzo de una gran amistad». Así sea.