La Asociación Gitana de Sagunt ha repartido 10.000 kilos de alimentos entre 92 familias del municipio que se encuentran en una situación precaria y de necesidad.
El reparto ha tenido lugar durante toda esta semana en el centro social de Baladre por el que han pasado más de 400 personas, en busca de productos no perecederos y alimentación infantil, como potitos, cereales y leche de continuación. En el caso de los adultos, se entrega pasta, arroz, tomate y aceite, entre otros.
Esta donación se realiza de forma altruista por parte de la asociación que no solo ayuda con este reparto a los gitanos, sino a gente que lo necesita, ya que casi 100 personas a las que se le ha repartido alimentos no son de esta etnia. El reparto se realiza durante tres fases a lo largo del año. La de julio ha sido la primera, en la que el número de familias atendidas ha disminuido respecto a años anteriores, al pasarse de 620 personas a 415.
Según el presidente del colectivo, Jesús Ramírez, «no es que haya menos necesidad que otros años, sino que cada vez los requisitos para poder acceder a estos alimentos son más exigentes y requieren mucha más burocracia que la gente termina por abandonar», explicaba.
Por eso, desde esta asociación también se ofrece un servicio de mediación y ayuda y no solo lo hace en materia alimentaria, sino para la tramitación de becas, solicitud de viviendas sociales y otro tipo de ayudas similares. Por otro lado, la entidad también realiza cursos de formación para su asociados y vecinos.
Dentro de su campaña de alimentos, la entidad espera repartir un total de 30.000 kilos al año y lo hacen a través de un convenio de colaboración con el banco de alimentos de Sagunt.
Preocupación
A Ramírez le preocupa la situación en la que se encuentran muchas familias, «historias que descubres cuando estudias día a día las solicitudes que se presentan», lamentaba el presidente.