El portavoz del grupo municipal socialista de Sagunt, Francisco Crispín, ha negado que el alcalde, Quico Fernández, le haya tendido la mano para integrarse en el gobierno municipal. El edil del PSPV acusa al nacionalista de «mentir» y de hacer creer que «nos ha invitado a entrar cuando no es cierto». Crispín asegura que el alcalde «no nos ha hecho ningún planteamiento de este tipo, por lo que le pedimos que no venda lo que no es».
El socialista considera que su partido ha sido «necesario en el gobierno desde el principio para posibilitar una mayoría y dar la estabilidad que se necesita, pero Compromís se aferró a la negativa de ADN a pactar con nosotros desde el primer momento». El líder del PSPV no esconde su predisposición a entrar en el gobierno, «lo hemos dicho desde el minuto uno», pero pone condiciones. «Primero tienen que hacernos un planteamiento serio y de verdad, pero sobre todo digno con lo que nuestras siglas se merecen y representan». Añade que «el PSPV siempre ha sido un partido con vocación de gobernar. Lo ha demostrado con el tiempo y, por supuesto, sigue siéndolo, además, con gente preparada y con experiencia para hacerlo».
Lo que Crispín no entiende es «cómo llegando a pactos y acuerdos en el gobierno de la Generalitat y en muchos otros, en Sagunto no ha sido posible esa alianza entre Compromís y el PSPV». Respecto a los programas, el socialista considera que «la sintonía es clara».
Mientras, en el seno de ADN se ha dado un cambio de actitud, después de mostrarse contrario a compartir gobierno con los socialistas. Ahora, su portavoz municipal, Pablo Abelleira, reconoce que la política nacional no tiene nada que ver con la política local y que la estabilidad y el interés general deben primar sobre otras cuestiones. No obstante, Abelleira ha revelado que trasladará la entrada del PSPV en el gobierno hasta el círculo de Podemos para realizar un debate abierto en el que la ciudadanía participe y en el que se decida un posicionamiento al respecto.
Por su parte, desde EU no se ponen trabas a hacer partícipes de su proyecto de gobierno a los socialistas, un planteamiento que ha mantenido desde siempre, pero también pone condiciones: «Se deberán aceptar nuestras líneas rojas que son: Todo el personal que contrate el ayuntamiento debe hacerse de forma directa; devolver a lo público los servicios que se hayan privatizado y no externalizar ninguno más. Si esto se acepta, no creo que haya inconveniente», afirmaba Roberto Rovira.
