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La confederación prevé el cierre total y permanente de accesos al río en Sagunt

Lo justifica «por seguridad» y admite la dificultad de avisar a tiempo después de los coches y camiones que atrapó el agua

La confederación prevé el cierre total y permanente de accesos al río en Sagunt

El cierre de accesos al río Palància a su paso por Sagunt y, con ella, la prohibición de aparcar junto al cauce han llegado para quedarse, según han confirmado responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a preguntas de Levante-EMV. El organismo, además, prevé hacer definitiva la medida próximamente e impedir también el paso por la entrada que aún quedaba abierta ayer en la zona del asilo.

Por más que muchos vecinos y el mismo alcalde, Quico Fernández, crean que esa restricción debería hacerse sólo en los días de preemergencia por fuertes lluvias para así aliviar la falta de aparcamiento, el organismo de cuenca no quiere riesgos para las personas, ni más imágenes como las de una veintena de coches aparcados en Sagunt que acabaron flotando a principios de año, tras unas fuertes lluvias, o la de varios camiones y excavadoras «sepultados» por el agua hace unas semanas mientras reforzaban la Séquia Major a su paso por la presa de Algar de Palància.

La intención del organismo es mantener ese corte como medida permanente y de todo el año, sea otoño o verano. De este modo, pretende «garantizar la seguridad de las personas y sus bienes» en la zona de su competencia, es decir, en el dominio público hidráulico.

Esto hace augurar un próximo cierre de la entrada situada en los alrededores del asilo, que finalmente se dejó abierta a petición del consistorio, y aún permitía ayer el estacionamiento junto al cauce. «Seguramente se acabará cerrando», admitían ayer desde el organismo de cuenca, aunque sin llegar a precisar más sobre posibles fechas.

Escaso efecto de las señales

Desde el organismo de cuenca lamentaban «el escaso efecto» que han tenido hasta ahora las señales de tráfico que prohibían aparcar, pese a que el ayuntamiento llegó a colocar al menos una más grande después del temporal de principios de año que arrastró a una veintena de coches estacionados junto al cauce. Como aseguraban desde la confederación: «Si la gente seguía aparcando pese a estar prohibido y a los antecedentes de que hay riesgos reales, hay que ir a más y poner bolardos. Un cauce no es un aparcamiento».

Respecto a la postura municipal de restringir la prohibición a los días de riesgo a que el caudal del Palància baje por su cauce y no se vea retenido en el pantano del Regajo —desviándose para usos agrícolas—, en la Confederación eran escépticos. Así, a pesar de que hasta este año siempre han funcionado los desalojos, las advertencias previas e incluso las retiradas de coches con la grúa, los dos episodios en los que el agua ha atrapado vehículos en el cauce han hecho que la CHJ adopte una drástica medida, sin precedentes recientes, al no ver claro cómo garantizar que el sistema de avisos sea realmente efectivo y temer que, en un día de fuertes lluvias, pueda haber víctimas personales. «Si se puede aparcar, nadie garantiza que no haya algún despistado en su coche que siga allí tan tranquilo sin enterarse de nada hasta que la corriente se lo lleva», decían desde la entidad.

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