La vida sigue igual en la tercera división valenciana, con un Saguntino lanzado en casa que goleó al Novelda (3-0) y con un Acero en estado de depresión y que encadena derrota tras derrota. La última en el Fornás ante el Ilicitano (0-2).
Los rojillos continúan como líderes, gracias a su inmaculada trayectoria como locales con 10 victorias en otros tantos partidos en el Camp Nou de Morvedre. El entrenador saguntinista, David Gutiérrez, resalta que «en casa nos sentimos muy cómodos y estábamos deseando volver a disfrutar de la afición».
Sólo uno de los anteriores cinco choques se había disputado en Sagunt y fue volver a casa y retornar el buen fútbol, los goles y los triunfos. Según el técnico, «jugamos ante un gran rival y ganamos merecidamente, incluso el resultado fue corto». Fran Gámez y Lois en la primera parte y Esteve a los ocho minutos de la reanudación fueron los encargados de plasmar en el marcador la superioridad local y brindar así una plácida tarde a la afición saguntinista.
Por su parte, el Acero sigue con su particular quiero y no puedo. Ante el Ilicitano volvió a merecer más premio a su esfuerzo, pero, según reconoce su técnico, Adrián Ferrandis, «los errores individuales nos acaban condenando en cada partido». El entrenador rojiblanco añade que «seguimos mejorando el juego y la imagen, jugamos de tú a tú ante rivales tan potentes como el Ilicitano y nos mostramos superiores en fases del partido, pero al final el resultado no es positivo y vemos cómo queda una jornada menos».
Desde que Ferrandis asumió la dirección acerista, el calendario ha enfrentado a los porteños con equipos de la parte alta, algo que no ayuda a una posible remontada según asegura el entrenador: «Nuestra mejoría no se está plasmando en puntos. Es una pena que en este tramo de campeonato el calendario nos esté enfrentando a los rivales más difíciles».
Goles tempraneros
Dos goles del filial del Elche, uno nada más comenzar y otro pasada la media hora de juego, fueron demasiada losa para un Acero encerrado en una espiral de derrotas y dificultades que hace improbable reponerse en partidos que se ponen cuesta arriba.
