El Saguntino ha recuperado su estado de absoluta felicidad tras una rotunda victoria (3-0) que deja atrás dos empates consecutivos y cualquier duda, especialmente defensiva, que amenazaba con manifestarse. El Paterna fue esta vez la víctima de un juego rojillo que permitió un partido más abierto de lo habitual en la primera media hora, el tiempo que tardó en anotar las tres dianas. A partir de ahí, los hombres de David Gutiérrez exhibieron su capacidad de control y apenas sufrieron para mantener su ventaja.
El técnico del conjunto local apunta que «teníamos muchas ganas de volver a ganar en casa, después de dos empates, y salimos muy enchufados». Tras el paso por los vestuarios «con la victoria tan cerca», los saguntinistas apostaron por «recuperar las sensaciones defensivas y acabamos contentos, porque su portero fue el mejor de los 22», recalca Gutiérrez.
La clave del triunfo, según el técnico rojillo, estuvo en que «en los últimos encuentros contra rivales de abajo no habíamos estado al 200 %, que es lo que necesitamos para ganar a cualquiera. Contra el Paterna recuperamos la máxima intensidad».
Pero más allá de la importancia del triunfo, que permite a los rojillos volver a abrir brecha al frente a la clasificación del grupo VI de tercera división, lo mejor de la tarde fue el apoyo de la afición, tanto por su presencia, más de 1.000, como por sus ánimos, centralizados en un incansable Frente Romano.
«Es brutal —reconoce Gutiérrez sobre la grada del Camp Nou de Morvedre— y más impresionante todavía se si conoce el resto de campos de la categoría. Que se llene el campo en un partido como el del sábado nos da un plus. Es un orgullo estar del lado de esta afición, que no sabe lo importante que es para que el equipo nunca deje de luchar», apunta el técnico saguntinista.
La única nota negativa del encuentro fue el tremendo golpe que sufrió Néstor en la pugna por un balón cerca de la banda. El interior izquierdo rojillo tuvo que retirarse del encuentro en el descanso y acudió al hospital para realizarse pruebas que «descartaron una fractura», apunta Gutiérrez. En cualquier caso, las consecuencias de esa jugada le mantendrán un par de semanas fuera de los terrenos de juego y se une así en la enfermería a Beni, que se recupera de una fascitis plantar.
