El párroco de Benavites, Francisco Llorens, no teme que el Arzobispado le vaya a trasladar, pese a la petición formal que han hecho en ese sentido todos los concejales del ayuntamiento al entender que desde su llegada al municipio, el 26 de enero de 2014, «el malestar generado con vecinos y asociaciones, religiosas o civiles ha sido creciente, hasta crear un continuo clima de crispación que no favorece la pacífica y deseable convivencia entre vecinos», afirman en su carta.
Un día después de que el alcalde hubiera convocado a todos los vecinos a una reunión para informar del acuerdo unánime de romper relaciones con la parroquia mientras no se cambie a su titular, el sacerdote descartó en declaraciones a Levante-EMV que la solicitud municipal de que lo trasladen vaya a tener éxito. «Estamos en un estado aconfesional donde la Iglesia y el estado son independientes. Me siento muy respaldado por la Iglesia, el obispo y la comunidad parroquial, por lo menos, de quienes están implicados en esta última en cargos de responsabilidad y por muchos vecinos, incluidos los padres de los niños de comunión...», decía.
Aunque aseguró sentirse «muy tranquilo, muy sereno y muy contento» de estar destinado a Benavites y a otros dos pueblos de Les Valls, Llorens evitó hacer cualquier valoración del acuerdo adoptado por todos los concejales de Benavites. Tampoco quiso confirmar o desmentir si en su homilía del 17 de abril había cuestionado los trabajos realizados en la iglesia por el hermano del alcalde y el destino de los fondos de una ayuda otorgada por la diputación.«De esto hablaremos cuando toque, donde corresponda... En esto sólo digo que la verdad os hará libres», afirmó sin tampoco querer precisar si iba a iniciar algún tipo de acciones legales o las había emprendido.
Junto a ello, descartó que fuera a referirse a este asunto en sus próximas misas. «El púlpito está para predicar el Evangelio y explicar la doctrina de la Iglesia. Eso lo tengo claro», apuntó.
Posible reclamación legal
Quien no descarta que el asunto trascienda a otros niveles es el alcalde, Carlos Gil, (PP) que ha contactado con sus abogados para valorar la posibilidad de una reclamación legal ante las manifestaciones del párroco. En concreto, Gil destacó que la subvención otorgada por la diputación para reparar la instalación eléctrica de la iglesia era de 20.000 ?, como se había publicado en el Diari Oficial, y no de 60.000? como, según sus informaciones, había asegurado el párroco en su homilía del 21 de abril, a la vez que cuestionaba qué se había hecho con el resto del dinero y si estaba en Panamá, dado que la obra había costado 24.000 ?, siempre de acuerdo con la versión ofrecida por el alcalde.
El gobierno local, además, está a la espera de que el Arzobispado responda a la carta remitida, donde reclamaba una reunión para poder explicar lo ocurrido. La institución, sin embargo, ayer guardó silencio cuando este rotativo preguntó sobre los hechos denunciados por carta por todos los ediles del Ayuntamiento de Benavites.
