El Ayuntamiento de Sagunt ha iniciado una campaña de limpieza y vallado de solares vacíos, que afecta por el momento a una veintena de parcelas de propiedad municipal, pero que se extenderá posteriormente a terrenos privados en los que se haya tramitado previamente una orden de ejecución. Estos trabajos están contemplados en un contrato por un año con un presupuesto de 109.000 euros, del que resultó adjudicataria una empresa con sede en Torrevieja tras un concurso al que se presentaron una docena de aspirantes.
El pago de esta cantidad, según se recogía en los pliegos del expediente, está supeditado al cumplimiento de la tabla de precios, que en el caso de la firma concesionaria ascienden, en todos los casos sin IVA, a 35 céntimos el m2 de limpieza superficial de terreno; 10,50 euros por cada m3 del material retirado que se debe transportar al lugar adecuado para su tratamiento; 10 euros por m2 de vallado de 2 metros de altura; 220,78 o 115 euros por las puertas abatibles de mayor o menor tamaño; así como 12 horas por cada hora de trabajo tanto de un oficial de primera como de un peón ordinario.
De esta forma y con miles de metros cuadrados susceptibles de ser limpiados y vallados a lo largo del término municipal, el ayuntamiento confía en que cerca de la mitad del contrato, unos 50.000 euros, sean suficientes para adecentar los solares municipales, mientras que el resto se gastará en ejecutar de forma subsidiaria las parcelas abandonadas de propiedad privada. El concejal de Urbanismo de Sagunt, Pablo Abelleira, precisa a Levante-EMV que, en estos últimos casos, «el ayuntamiento reclamará el abono de los gastos, así que recuperará el dinero». Esta campaña se emprende tras la aprobación, todavía provisional, de una ordenanza de solares que recoge el deber legal de los propietarios de conservar los inmuebles en una condiciones adecuadas de «seguridad, salubridad, decoro y ornato público».
Ordenanza
Esta norma, aprobada en el pleno de abril por el tripartito y los socialistas, con las abstenciones de populares y segregacionistas, precisa que las parcelas deberán estar «limpias, desprovistas de cualquier tipo de residuos o vegetación espontánea, sin ningún resto orgánico o mineral que pueda alimentar o albergar animales o plantas, portadores o transmisores de enfermedades o producir malos olores, así como ser potencial foco de combustión y demás riesgos o molestias similares».
