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Los clochineros de Sagunt cierran la temporada con 200 toneladas vendidas

La temperatura del agua ha propiciado una buena producción con «alta calidad, gran sabor y óptimo tamaño»

Sagunt finaliza la temporada de la clóchina con cerca de 200 toneladas vendidas, una cifra que el presidente de los clochineros de Valencia, Juan Aragonés, ha calificado de «importante», teniendo en cuenta que el total entre ambos puertos, Sagunt y Valencia ha sido de 700.000 kilos. Sin embargo, la novedad de la temporada ha estado en la calidad del producto, que ha superado al de años anteriores, de mayor tamaño y más sabor.

El motivo de esta mejora se centra en la temperatura del agua, explica Aragonés. Mientras el año pasado, la temperatura del agua fue alta desde el mes de junio, en esta ocasión ha sido más estable, más templada, con cambios más progresivos y «esto ha afectado en un mejor desarrollo de la clóchina», explica a Levante-EMV.

Tanta ha sido su calidad que a día de hoy los clochineros del Port de Sagunt han acabado su temporada con «todo vendido», una campaña que comenzó el pasado mes de abril con el inicio de la recolección y que para los del puerto de Valencia todavía continúa.

Calidad y sabor de la valenciana

En cuanto a los precios, el kilo se ha vendido a mayoristas a 2,5 euros, principalmente a comerciantes de la zona. «En Canet y Sagunt se compra bien; es un buen mercado», apunta el presidente de los clochineros, lo que indica que la mayor parte de clóchina valenciana que se ha comido en la comarca es autóctona. La probabilidad es muy alta de que sea así, puesto que las únicas bateas de clóchina en la Comunitat Valenciana se encuentran en el puerto de Valencia y en el de Sagunt con un total de 22, de las que cuatro están en la capital de El Camp de Morvedre.

En estas cuatro bateas trabajan cerca de 40 familias, mano de obra directa e indirecta, entre recolectores, comerciantes, según revela el presidente. Una cifra que se engloba dentro de la de las 500 familias que se dedican al sector en Valencia.

Aragonés añade que es un producto de buena venta y de buen consumo porque se trata de una clóchina, la valenciana, «con una textura muy sólida y bastante sabor», más salada que otras, comparándolas con las del Delta del Ebro que son un tanto más dulces; «pero eso va a gustos», concluye.

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