E l presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, antes de la nominación del abanderado español para los Juegos Olímpicos de Río, declaró: «Hay un deportista al que España le debe ser abanderado, que se llama Rafa Nadal», el deportista español más laureado.

A ti, Ruth Beitia, ¿qué te debe España?, ¿qué te debe el atletismo y el deporte español? Hay deportistas a las que humana y deportivamente les debemos mucho. Discretamente, sin hacer ruido y sin resonancia mediática, has estado ahí. Te retiraste prematuramente y volviste por la puerta grande, y ahora a tus 37 años, cuando nadie lo esperaba, nos has regalado una medalla de oro olímpica. La primera del atletismo femenino en unos Juegos. Mereces todos los elogios y reconocimientos. Y no solo por ese oro sino por toda tu trayectoria deportiva. Intachable.

En un país, donde el tratamiento que le dispensan los medios al deporte es claramente discriminatorio en favor de los hombres y del fútbol, casi con exclusividad; donde las instituciones deportivas están en manos de hombres, ya con muchas canas, las mujeres han vuelto a demostrar en las Olimpiadas de Río que están ahí. Y han conseguido más medallas que los hombres, como en Londres 2012.

Como declaró Mireia Belmonte tras pulverizar dos récords del mundo: «El día que hice récord fue más importante el color del pelo de Sergio Ramos. Es frustrante», (ABC, 19-08-2013). ¡Cuánta razón tiene¡ Y lo ha dicho la mejor nadadora en la historia de la natación española, oro en Río.

Los dirigentes deportivos, los periodistas deportivos y las cadenas de radio y televisión, públicas y privadas, deberían rendirse ante los éxitos de nuestras deportistas y pedir perdón por el trato discriminatorio. Y pedirlo doblemente, porque a deportistas como Ruth Beitia, Mireia Belmonte, Carolina Marín (bádminton) o Maialen Chourraut (piragüismo), todas ellas oro en Río, se las discrimina como mujeres y como practicantes de deportes minoritarios. Como también dijo ese mismo día Mireia Belmonte: «La gente tiene que saber que detrás de ese éxito hay muchísimas horas y las carencias que tenemos de todo».

Por todo ello y porque desde que España participa en los Juegos Olímpicos (1920) solo ha habido dos mujeres abanderadas del equipo olímpico español (Cristina de Borbón en 1988 e Isabel Fernández en 2004), Ruth Beitia debería estar en los Juegos del 2020, pero no para ganar otra medalla —lo cual se antoja a todas luces imposible, ya que tendrá 41 años— sino para ser la abanderada del equipo español y de todas las deportistas españolas, que tantos éxitos y alegrías nos vienen proporcionando a todos los que seguimos el deporte día tras día.