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La escolarización se completa en Sagunt

La nueva aula experimental de dos años del Port empezó ayer a funcionar, con 20 días de retraso y más ilusión que quejas

la emoción predominó en la apertura de la nueva aula de dos años del colegio público Maestro Tarrazona del Port de Sagunt. Una pareja con su hijo.Una madre, al recoger a su pequeña. La profesora encargada de llevar el aula de dos años, junto a la pizarra digital instalada en la clase. f m.m.c.

El proceso de escolarización se completó ayer al fin en Sagunt con la puesta en marcha de la nueva aula experimental impulsada en un colegio público del Port para niños de dos años. 20 días después del inicio oficial del curso, la comunidad educativa del CEIP Maestro Tarrazona recibió a sus primeros alumnos de esta edad, apenas horas después de que los operarios enviados por el ayuntamiento dieran por terminadas las obras necesarias para acondicionarles un aula y un patio propio. «Todo lo básico está listo. Tan sólo faltan unos retoques que seguramente se darán esta tarde», explicaban desde la dirección del centro a preguntas de Levante-EMV.

Los primeros en estrenar la nueva clase de dos años fueron cinco pequeños, que asistieron hasta las 10.45 horas para ser relevados por otro cuatro que permanecieron allí hasta las 13 horas. «Ha ido todo muy bien. Faltaban cosas en el aula que no nos dio tiempo a preparar, porque los carpinteros acabaron el lunes por la tarde, pero poco a poco iremos adecuándolo todo», explicaba Maribel, la profesora de este grupo de 18 niños, que cuenta con la colaboración de un educador.

La demora en el inicio del curso a causa de las obras de acondicionamiento del aula en lo que antes era la sala multiusos del centro pasó ayer a un segundo plano cuando los padres iban a recoger a sus hijos. Entonces predominaron la comprensión hacia el ayuntamiento y hacia el centro, así como la ilusión antes que las quejas. «La mayoría lo entendían perfectamente. Ha habido que hacer un baño dentro de lo que ahora es su clase y un patio para ellos», resumían desde el centro.

En cuanto a los familiares de los alumnos, Luvy y Geovanni, padres de Abel, admitían estar «muy contentos» por formar parte de este proyecto, aunque reconocían que en ese primer día hubo «muchos lloros, porque antes no había ido a guardería». Por su parte, Noelia, con Nerea todavía en brazos, apuntaba que «la escolarización a los dos años es muy positiva y creo que tendría que aplicarse en todos los colegios».

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