La construcción de las dos torres de hasta 20 alturas lleva años paralizada en la playa de Canet d' En Berenguer. Por ello, el ayuntamiento tiene claro que si sus propietarios quieren reanudar las obras y evitar así el derribo de lsa dos estructuras, antes deberán cumplir un requisito: Presentar un estudio que confirme el buen estado de toda la estructura.

El edil de Urbanismo, Jaime Llinares (PP), así lo ha confirmado a Levante-EMV, al tiempo en que explicaba que esta medida ya se ha exigido a los dueños de otro edificio que también quedó a medias en la población. «Estando tan cerca del mar, el riesgo a que haya daños en la estructura aún es mayor. Por eso, en estas cosas no se puede correr ningún riesgo», decía.

Las torres que iban a suponer el techo de la playa de Canet d' En Berenguer se autorizaron con un máximo de 20 alturas en plena época del «boom» inmobiliario, cerca de la desembocadura del río Palància. Su ejecución se incluyó en un PAI no previsto en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente entonces, pero que logró la bendición municipal y autonómica cuando era alcaldesa Amparo Mañó (EU). Sin embargo, aquel ambicioso y caro proyecto de lujo se quedó poco después en un esqueleto de hormigón de 16 y 14 alturas.

Fue allá por el año 2008 cuando los trabajos cesaron, según explicaban desde el consistorio. Desde entonces y hasta ahora las estructuras se han convertido en un quebradero de cabeza para el ayuntamiento y en un testigo mudo de los abusos urbanísticos de la época.