Unos 150 trabajadores de la planta de ArcelorMittal en Sagunt se concentraron ayer como protesta por la decisión de la multinacional de paralizar las inversiones, la adecuación y el mantenimiento preventivo de sus instalaciones en El Camp de Morvedre. Con Bosal o Prosidmed como lúgubres precedentes, fuentes sindicales no hablan, al menos de momento, de una amenaza de cierre, aunque sí alertan de que la falta de inversiones «pone en riesgo el buen posicionamiento de la planta de Sagunto en el mercado del automóvil».

En esta línea, el anuncio de congelar las inversiones, que sólo con lo que se arrastra de ejercicios anteriores ya ascendían a más de 3 millones de euros, causó gran «extrañeza» e «inquietud» en la siderúrgica de Sagunt, ya que «no entendemos que ahora se apliquen estos recortes, cuando los últimos resultados de la empresa han sido positivos, no existen problemas financieros ni restricciones en la política de gasto y hace unas semanas nos visitó el director ejecutivo del sur de Europa, que nos alentó a no relajar la evolución de las instalaciones para adecuar la calidad del producto a la creciente exigencia del mercado», apuntan fuentes de CC OO en ArcelorMittal.

Pendientes de una reunión entre el comité de empresa y las secciones sindicales para estudiar futuras acciones reivindicativas, la concentración de ayer se convocó con motivo de la presencia en Sagunt del responsable de ArcelorMittal en toda España, con quien, pese a pedir una reunión «no pudimos trasladarle nuestras preocupaciones y propuestas, porque durante tres días no ha tenido ningún hueco atendernos y darnos explicaciones de lo que consideramos un paso atrás», lamentan desde CC OO.

Único precedente en 2009

Y es que una paralización de inversiones de este tipo no tiene precedentes en ArcelorMittal, excepto en 2009, cuando «el contexto era muy diferente. Ahora el mercado del automóvil tanto interno como externo está en crecimiento, así que las razones de no invertir en Sagunto no son industriales ni financieras, sino políticas». Sobre las consecuencias de este paso, estas mismas fuentes apuntan que que «en instalaciones pesadas dedicadas al automóvil como son las nuestras, la falta de mantenimiento o renovación de la maquinaria provoca quedarse a la cola en la calidad del producto, además de que el deterioro obliga a realizar después un desembolso mayor en la adquisición de nuevos equipos».

Los sindicatos confían en que esta maniobra de priorizar las plantas de Avilés y Gijón y dejar sin inversiones a Sagunt sea reversible, ya que «ni siquiera reclamamos que se amplie la gama de productos, sino que se mantengan los que tenemos con un nivel de calidad que nos permita conservar el buen posicionamiento dentro del sector».

Durante la concentración de ayer, convocada por el comité de empresa, CC OO, UGT, CGT y la Confederación de Cuadros y Profesionales, se leyó un manifiesto en el que se alertó de la merma en la «fiabilidad» que supondría un año sin inversiones en Sagunt, circunstancia que luego «se podría utilizar —desde la dirección de la multinacional— para justificar supuestas faltas de productividad o rentabilidad».

La anunciada reapertura de Galmed es otro de los argumentos de los trabajadores de la planta para exigir que se revierta la decisión, ya que, en caso contrario, se dejaría «bien a las claras, la falta de proyecto industrial que tiene ArcelorMittal para la planta de Sagunto».