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Iniciativa empresarial

Apuesta por calidad que funciona

Un almacén de Quartell se consolida en mercados europeos tras limitar su producción

Plantilla del almacén de Tamasa en Quartell. tortajada

Cuatro millones de kilos de naranja pasarán esta campaña por las manos del equipo laboral de Tamasa2005SL. Con un montante de negocio que ronda los 2.800. 000 euros, esta firma afincada en Quartell, trabaja día a día desde la base de la calidad para la obtención del máximo rendimiento. «No somos partidarios de trabajar diez millones de kilos y ganar un céntimo. Nuestra empresa funciona porque conocemos nuestras posibilidades y limitaciones por ello intentamos sacar con cuatro millones de kilos de fruta el máximo rendimiento. Lo logramos porque nuestro distintivo es la calidad», según explicaba José A. Gómez, directivo de la entidad.

La actual campaña de la naranja viene marcada por las deficiencias de calibre de la fruta. Las dos semanas continuadas de lluvia no han favorecido la situación compleja que presentaba ella el mercado de la clementina en el inicio de campaña. «La garantía está en el campo; una práctica poco recomendable es cerrar tratos en agosto que posteriormente no responderán a la realidad del mercado. Algunos comercios lo hacen y finalmente lo repercuten al agricultor a quien no pagan el precio estipulado alegando escusas sobre la fruta. Nosotros somos más cautos, nuestra gestión pasa por el respeto al trabajo del propietario; de ahí que respetemos el precio acordado», apuntaba Gómez. No obstante ante esta incertidumbre, muchos empresarios del sector están optando por cultivar su propia fruta. «Ésta es la primera campaña que afrontamos con un porcentaje de naranja propia y la verdad es que resulta mucho más fácil ya que controlas todo el proceso productivo», añadía J.A. Gómez.

En el caso de Tamasa la consolidación de marcas extra, de primera y de segunda en múltiples mercados nacionales e internacionales se ha visto reforzada por la implantación de un sistema de control que va desde el campo al almacén y constata todo tipo de requisitos como la cualificación de los trabajadores que tocan el fruto; la certificación de los vehículos que transportan, el tratamiento de residuos en el campo así como el control del agua o de los fitosanitarios utilizados en el campo. Toda una serie de exigencias contrastadas y controladas por un sistema de gestión que la empresa ha impulsado este año para mantener su plaza en el mercado alemán. «Mantenernos en mercado alemán es un verdadero reto, por el momento el resultado es halagüeño. La continuidad en Alemania, la mejora con los envíos a Polonia o nuestros primeros intentos en Francia nos permiten ampliar perspectivas», añadía. No obstante las marcas de Tamasa llegan a plazas fuertes como París, Varsovia, Madrid, Vitoria, Donosti y Barcelona.

A pesar de tener que afrontar las inclemencias atmosféricas como todo el sector citrícola, la firma mantiene su máxima «mínimo de kilos para máxima rentabilidad basada en el cuidado exquisito del género; nuestra característica es la calidad. Es una apuesta de futuro, es una fruta con propiedades inigualables». Esta empresa con una plantilla mayoritariamente local cuenta con cuarenta empleados en el almacén además de los 28 hombres que se dedican a la recogida de la fruta en el campo; aunque en plena campaña suelen contratar algunas cuadrillas más en momentos clave.

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