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José Antonio Sancho: El poder en la sombra en Canet

El exsecretario de Canet controló durante décadas toda la política municipal sin que nadie le pusiera freno

José Antonio Sancho: El poder en la sombra en Canet

José Antonio Sancho Sempere encarnó durante décadas un verdadero poder en la sombra en el Ayuntamiento de Canet d´ En Berenguer que traspasaba su condición de secretario municipal y parecía no tener freno, ni fecha de caducidad. Don José, como muchos le llamaban y aún le llaman, tenía un peso decisivo a todos los niveles: Contratación de servicios, de personal, desarrollo urbanístico... Todo pasaba por el hoy exsecretario municipal y, aunque amigos o familiares suyos acabaran de funcionarios, lograran sustanciosas adjudicaciones o atractivos negocios, durante casi 30 años nadie dio un paso contra él. Como mucho, le criticaban en privado. Nada más. Sólo su detención en abril de 2015 precipitó su salida del consistorio en julio de ese año.

Su ambición, sin embargo, llevó su actividad profesional a otros muchos lugares. Además de mantener su despacho como abogado, llevar con éxito la segregación de San Antonio de Benagéber de Paterna y trabajar para otros muchos ayuntamientos de localidades de pequeño o mediano tamaño, las últimas investigaciones judiciales apuntan a que su cabeza en ningún caso paraba y que ese poder en la sombra lo ejercía también con solvencia en otros consistorios e incluso diversas instituciones públicas.

Prueba de ello es que está considerado el cerebro de la denominada «trama de las asesorías» que aún investiga el juzgado de Instrucción número 12 de Valencia, junto a un funcionario del Consorcio de Museos, Rafael Parra; una red de empresas supuestamente ideada para «saquear» más de una decena de consistorios e instituciones públicas a base de realizar informes innecesarios o pagados a un precio muy superior al real. Esto desencadenó su detención en abril de 2015 y le valió una estancia de 6 meses en prisión provisional. Aquel duro varapalo para él se produjo justo antes de que fuera condenado a 2 años de cárcel por cohecho por otra cuestión de la que él siempre creyó que iba a salir bien parado; un hecho que, como informó ayer Levante-EMV, finalmente le devolverá a prisión si no se acepta su recurso de súplica. Se trata de la denuncia que presentó la Fiscalía Anticorrupción contra él y contra la exalcaldesa de La Pobla de Farnals, Natividad García, por los 8.600 euros que pagó a la edil a cambio de que contratara a sus empresas en el consistorio de l´Horta. Así, al menos, se concluyó en la sentencia de la Audiencia Provincial que luego ratificó el Tribunal Supremo, por mucho que ambos lo atribuyeran durante el juicio a un préstamo personal para las obras de una vivienda de la exalcaldesa.

En Canet, Sancho nunca ocultó su dominio en el ayuntamiento y movía los hilos del consistorio en muchas operaciones, hasta el punto de que gran parte se gestaban antes en su despacho que en los del gobierno local, como han llegado a reconocer varios exconcejales de Canet de otros mandatos. Ya fueran cuestiones de desarrollo urbano, contrataciones de servicios o de personal, él lograba imponer su criterio y luego, casualmente, familiares directos suyos, amigos o personas afines se veían beneficiados o lograban plazas municipales de funcionario.

Su dominio era tal que, durante años, llevó la batuta en las juntas de gobierno y rara vez se limitaba a dar un mero asesoramiento como máximo experto jurídico, como es habitual en quienes ostentan su cargo. Lejos de eso, proponía y opinaba como un político más, sirviéndose de sus conocimientos jurídicos para apoyar sus argumentos; algo que el equipo de gobierno actual siempre intentó evitar.

Ese «poderío» y exceso de confianza se ha llegado a ver en muchos plenos. Más allá de quien gobernara, Sancho ha intervenido en debates políticos, para dar su opinión particular del mismo modo que podía hacerlo un concejal, pese a que la normativa limita sus tareas a pronunciarse sobre cuestiones jurídicas. Y siempre que las autoridades municipales le pregunten.

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