El Atlético Saguntino ha aparcado la posibilidad de que un inversor privado coja las riendas del club y este hecho desemboque en la conversión del club en sociedad anónima. Según señala el vicepresidente, Rubén López, «es cierto que hemos estado en conversaciones con algún interesado en entrar, pero una de las condiciones que exigíamos era que viniera con el dinero por delante y eso no se ha producido».
Los rumores se han sucedido en los últimos meses, desde que la directiva rojilla pidió permiso a los socios para entablar negociaciones con inversores privados. El objetivo era crear un proyecto más ambicioso y hubo contactos, incluso promesas, pero, a la hora de la verdad, el interlocutor de la cúpula saguntinista no puso todas las cartas boca arriba.
«El dinero por delante era nuestra exigencia y, como el inversor no se aclaró, nosotros, de momento, seguimos adelante con nuestros medios y en manos de socios e instituciones», señala López, quien sabe que la realidad económica del club hace que la permanencia alcanzada este año deba celebrarse casi como si de un milagro se tratara.
«Sabemos que, por presupuesto, vamos a ser el candidato número uno al descenso. Tendremos los ingresos más bajos de los 80 equipos de Segunda División B, pero esto es fútbol y vamos a jugar nuestras bazas», asegura el vicepresidente rojillo, quien tiene claro que la próxima temporada «vamos a disfrutarla todo lo que podamos, igual que hemos hecho esta. Tenemos que vivir a tope cada partido y disfrutar de la categoría».
Además de la debilidad económica del Saguntino, López prevé otra dificultad añadida, ya que, «equipos como el Elche o el Mallorca tienen muchas opciones de bajar a Segunda B, por lo que nuestro grupo sería todavía más fuerte, con más equipos de un gran nivel». También el Nàstic de Tarragona lucha por la permanencia en Segunda A y podría bajar, lo que subiría un poquito más el nivel del grupo III de la categoría de bronce del fútbol español.
