Sagunt alberga por primera vez manadas de corzos, que ya se han avistado al nivel del mar. Un hecho que los cazadores de la comarca de El Camp de Morvedre califican como «excepcional». «El año pasado se vio alguno de forma esporádica por la montaña pero nunca cinco o seis juntos como ahora».

Además de la cantidad, que es ya algo atípico en esta zona, los cazadores destacan su presencia en parcelas de huerta muy próximas a la población, un extremo que llama al atención del colectivo dado el carácter tímido y solitario de este animal, el más pequeño de los ciervos ibéricos.

Los cazadores los tienen localizados entre Puçol y Sagunt, aunque también se han visto en Gilet, por la zona de Sant Esperit; Estivella y Algímia d´Alfara; en esta última población, a menos de cuatro kilómetros del pueblo.

Varias sociedades consultadas sospechan que ya están instalados en la comarca donde han comenzado a reproducirse al avistarse machos y hembras, aunque de momento, ningún corcino.

Aunque el «Capreolus» forma parte de la fauna silvestre de la Sierra Calderona y en la zonas más altas del parque se ha registrado la presencia de corzo, no ha sido hasta este año cuando los cazadores han comenzado a verlos en cantidad y fuera de su hábitat habitual como son las montañas, explicaba el presidente de los cazadores de Sagunt, Jose Manuel Tomás.

El colectivo sospecha que hayan bajado por la Sierra Espadà buscando comida, una posibilidad que no descartan técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente consultados por Levante-EMV, que atribuyen la presencia de corzo en estas poblaciones cercanas a la costa a varios motivos.

Estos expertos explicaban que se trata de una especie cinegética que se suelta en cotos de caza mayor, algunos cercanos a estas poblaciones, y al no haber predadores naturales, el corzo se van expandiendo motivado sobre todo por la búsqueda de alimento. Sus desplazamientos vienen justificados sobre todo por la búsqueda de comida que empieza a escasear en la montaña por la sequía.

El abandono de huertos y propiedades y la actividad residual del hombre, explicaban expertos de conselleria, son fuentes de alimento para estos animales y su principal motivo para colonizar nuevos territorios.

En el caso de la Sierra Calderona, la desaparición de los bancales, de zonas de cultivo y el incremento de masa arbórea convierten esta zona en un hábitat esencial para la especie.

Aunque el corzo no está protegido, los cazadores de la comarca van a renunciar durante varios años a cazarlos. «Cabe la posibilidad de pedir precintos, pero no e momento; no hay una población abundante», explicaban los cazadores de Algímia. En Sagunt, pese a que el colectivo contempla su caza en su plan técnico , siempre que se justifiquen daños producidos por el animal, el presidente aseguraba que no es el caso.

«De momento no ha habido protetas de destrozos». Otro de los motivos que frenará su caza es que «queremos contribuir a que la especie se asienta y crezca», terminaba Tomás.