Uno de los accidentes más llamativos ocurridos en la A-23 fue el que protagonizó en Algímia d'Alfara una cabra montesa, especie que no suele habitar en las montañas de la zona. El animal impactó contra el vehículo de una vecina de este municipio que se disponía a abandonar la autovía para coger la carretera que lleva hasta el término municipal y que le llevaría a su casa. El golpe de la cabra contra el vehículo generó importantes daños en el coche, destrozando toda la parte delantera, mientras que la vecina no presentó lesiones de gravedad, aunque si leves.
El asunto se puso en manos de abogados, ya que la parte afectada pidió responsabilidades al coto de Algímia, a la sociedad de cazadores, que finalmente demostró que no tenía ninguna al respecto de lo sucedido. «Explicamos que la cabra montesa no es una especie cinegética recogida en nuestro plan técnico y además que no era autóctona». Por otro lado, en el informe también se recogía que la valla de la autovía no estaba en buen estado, lo que posiblemente hubiera facilitado el acceso del animal hasta la salida de la A-23.
Al incidente de la cabra se suma el de un jabalí que también cruzó la autovía generando daños en un automóvil y en el conductor, una situación que llevó a los cazadores de Estivella, en aquel momento a pedir una intervención en la autovía, que sí se consiguió. Tal y como publicó Levante-EMV, el presidente del coto de Estivella, Fernando Mateu, trasladó el problema de la falta de seguridad al ministerio que finalmente arregló aquel tramo de valla estropeado.
Sin embargo, ahora el paso del tiempo y la falta de mantenimiento de estos cercados vuelven a hacer que reaparezca el problema y el temor en los cazadores de posibles accidentes.
