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Un bálsamo para los amputados

Vecinos de Sagunt impulsan una asociación para ayudar a todo aquel que tenga que aprender a vivir con una prótesis

Tienen muy claro que reponerse a una amputación no siempre es fácil, ni para el afectado, ni para sus familiares. Saben que la ayuda sanitaria suele centrarse en el plano físico, pero no tanto en el emocional. Por ello, quieren ayudar a cubrir ese vacío con un mensaje cargado de esperanza y desde las más diversas facetas: Con visitas a pacientes en los mismos hospitales, de apoyo a domicilio, acompañamiento a salidas básicas como ir al médico o asesoramiento en tipos de prótesis.

A partir de esta filosofía, varios saguntinos han impulsado la delegación en València de una entidad que trabaja en esa línea a nivel nacional, la Asociación de Amputados Ibérica Global (ADAMPI) Adampi. «Somos personas dispuestas a regalar nuestro tiempo a los demás, conscientes de que hay mucha necesidad de apoyo emocional y psicológico a todos los niveles pero, en especial, cuando una persona sufre una amputación», explicaba a Levante-EMV Rosana Corral, psiquiatra del centro de salud de Sagunt que colabora con la entidad de forma desinteresada, al igual que un enfermero que trabaja con ella.

El motor en todo momento de este proyecto es Natasha Berthie, una británica de nacimiento afincada desde 2001 en la ciudad, que lucha para que nadie deba pasar a solas por el duro trago de rehacer su vida con una prótesis.

«Es importante que estas personas y sus familias vean que hay salida. Que hay esperanza. Porque, a pesar de que estamos en 2017, falta muchísima información sobre las prótesis y mucho respaldo a nivel anímico», afirma con convicción a sus 43 años, en un castellano que no esconde su acento inglés.

Aunque ahora Natasha derrocha vitalidad, fuerza y coraje, admite que ella «lo pasó muy mal» cuando un accidente en un paso a nivel le cambió la vida a los 20 años. Entonces, su madre y su hermana fueron su principal apoyo, según reconocía. «Siempre han estado ahí. Una gran fuerza», afirma. Sin embargo, sabe que no todo el mundo está arropado en un momento así o es comprendido por su entorno. De ahí que ella esté decidida a ayudar en todo lo posible y no haya dudado en hacer múltiples gestiones hasta lograr que Adampi Valencia se hiciera realidad e incluso lograra el «apadrinamiento» del reputado cirujano Pedro Cavadas. Según explicaba: «En los próximos meses daremos una charla a médicos, dentro de un curso de formación, tal y como nos han pedido en varios hospitales de València tras entrevistarnos con los responsables de sus servicios de rehabilitación».

También cree que, con los afectados, su compañía puede ser balsámica en momentos tan traumáticos. Y lo tiene claro: «Yo quiero que mi experiencia sirva de algo a otras personas. Tengo mucho que aportar al haber pasado personalmente por ahí», dice sin que, aparentemente, nadie pueda pensar que camina con dos prótesis.

La propia formación de muchos de los miembros de Adampi favorece además un acercamiento sereno, sincero y cómplice en esos momentos en los que el afectado «se queda con los cambios físicos, sin llegar a hacer el proceso de duelo» o incluso puede caer en una fase depresiva, «en la que necesite mucha paciencia y cariño», como apuntaba la psiquiatra Rosana Corral.

Por eso, anhelan darse a conocer y, para ello, disponen de una completa página web www.adampivalencia.com. Todo, con tal de ampliar y difundir ese mensaje que Natasha Berthie resume rápidamente en una frase: «Sea lo que sea lo que ocurra, hay que mirar siempre hacia adelante, nunca hacia atrás».

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