Uno de los mejores encuentros que puede ofrecer la división de honor plata femenina. Ese es el menú para mañana a las 19 horas en el René Marigil, donde el BM Morvedre defiende su liderato ante el Sant Vicenç Bar Mi Casa. «Es un partido muy importante», reconoce el entrenador del conjunto saguntino, Manu Etayo. Y es que las catalanas, señaladas desde el principio como unas de las favoritas al ascenso a la máxima categoría, tuvieron un comienzo «raro» con dos derrotas, del que se recuperaron en las tres siguientes jornadas con victorias contra buenos equipos, incluido el Elda al que privaron de su imbatibilidad.

El BM Morvedre, mientras, llega al choque después de dejarse el primer punto de la temporada en La Roca, donde no supo mantener ventajas de hasta cinco goles y de dos en el tramo final, así que cedió un empate. Etayo apunta que «fuera de casa siempre es complicado, pero dejamos escapar la victoria porque no supimos jugar las últimas acciones. Esta experiencia en un partido igualado seguro que nos sirve para próximas ocasiones» y forma parte del peaje de la juventud de la plantilla.

Más allá de esos instantes finales, otro problema en La Roca fue que «perdimos la seña de identidad que nos da nuestra defensa», apunta el técnico navarro, quien añade que «el primer objetivo desde el principio es estar fuertes atrás, porque los partidos a muchos goles pueden ser un cara o cruz, pero si encajamos poco tenemos mucho ganado».

En cualquier caso, los 29 goles en contra en esa quinta jornada no impiden que el promedio de las saguntinas siga por debajo de 20, mientras que la media de tantos a favor roza la treintena.

Compromiso total

En este primer mes de competición, otra de las fortalezas de las saguntinas es la variantes de su plantilla. Sobre este aspecto, Etayo reconoce que «estoy sorprendido por el compromiso de las jugadoras desde el primer día. Eso permite que todas estén preparadas para competir, lo que es muy bueno para el equipo».