«El Camp de Morvedre necesita unas infraestructuras tecnológicas que le permitan adaptarse a la Industria 4.0, que ya está aquí». Así de contundente se mostró Vicente Lafuente, presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), durante el Encuentro Empresarial organizado ayer por Asecam en Canet d'En Berenguer.

Sobre la también llamada industria inteligente, Miguel Burdeos, presidente de la Asociación de Empresas Químicas de la Comunitat Valenciana (Quimacova), añadió que «se trata de un cambio cultural que va más allá de la digitalización de los sistemas de producción. Esperemos que España no se quede fuera de esta nueva revolución industrial, como ha pasado con las anteriores».

Por su parte, Francisco Corell, presidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (Fvet), apuntó como los dos puntos básicos de esta ciberindustria «la formación y la información». El también vicepresidente de la Confederación Empresarial Valenciana (FEV), cargo que comparte con los otros dos ponentes en la mesa de industria, añadió un caso práctico sobre esta revolución: «Vengo de Madrid, donde entregué un premio por el proyecto de un sistema avanzado de asistencia a la conducción, que permitirá poner en la carretera una caravana de camiones en la que sólo el primero necesitará conductor, ya que el resto le seguirá».

Para aplicar los avances tecnológicos a la industria, las claves que se dieron fueron «primero hacer una análisis sobre donde se encuentran las empresas en la implantación de la Industria 4.0» y, en el caso de las pequeñas y medianas «aprovechar la coordinación y formación que se les puede prestar desde las confederaciones empresariales».