La emoción presidió el multitudinario homenaje a los obreros fallecidos por accidente laboral en la siderúrgica del Port de Sagunt desde 1907 a 2017.

El acto impulsado por Asociación del Patrimonio Industrial de Puerto Sagunto y respaldado por el ayuntamiento llenó la Alameda del Consell, donde se descubrió una escultura diseñada por Antonio Cosín donde se han recogido los nombres de 156 personas que se dejaron la piel en su lugar de trabajo, ya fuera en la Compañía Sierra Menera, en el ferrocarril o en la propia siderúrgica.

En ese listado se incluía el nombre de una sola mujer, Tomasa Peñalber, vecina de Gilet que trabajaba como guardabarrera del ferrocarril en este municipio y que en 1930 perdió la vida en un accidente debido a un fallo de la barrera. El alcalde, Quico Fernández, lo recordó en su discurso, además de referirse a las nulas medidas de seguridad durante un largo periodo de tiempo y a que la siderurgia atrajo a numerosas personasque buscaban una vida mejor, como sus propios padres.

También mencionó la lucha obrera como vía para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, tanto en seguridad como en salarios, y agradeció la iniciativa de la Asociación del Patrimonio Industrial de Puerto Sagunto que permitirá mantener vivo el recuerdo de los obreros que fallecieron en la siderúrgica.

El homenaje se inició con una misa en memoria de los fallecidos en la Iglesia de Begoña y luego tuvo lugar el acto civil. El "Cant dels Ocells" interpretado por un cuarteto de cuerda formado por alumnos del Conservatorio de Sagunt ya dejó claro que era una mañana de emociones, en esta celebración que reunió a representantes de los grupos políticos municipales y a la diputada autonómica por Compromís, Teresa Garcia.

El presidente de la Asociación del Patrimonio Industrial, Oscar Cosín, destacó el esfuerzo y el tiempo empleado para poder reunir el nombre de los 156 fallecidos, en una tarea donde el expresidente de la Fundación del Patrimonio, José Vila, se ha empleado a fondo.

Además, Cosín explicó algunas características de esta escultura, cuyo coste ha sido sufragado íntegramente por el ayuntamiento y ha ascendido a unos 7.000 euros. En este sentido, apuntó que la chapa escogida para grabar las inscripciones se oxidará con el tiempo y esa capa la protegerá durante años.

Tras el descubrimiento de la placa, familiares de algunos fallecidos depositaron ramos de flores.

El "Cant dels Ocells" del compositor Pau Casals volvió al final, antes de que el acto se cerrara definitivamente con el "pito" de La Fábrica, recuperado para la ocasión, y con una suelta de palomos que evidenció lo que el domingo se hizo palpable: Que la memoria de esos obreros fallecidos sigue viva.