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Paseando entre las ruinas de Arse

Sagunt clausura el sábado el ciclo «La ciutat ibérica» con un recorrido guiado por Manuel Civera

Hablar de la riqueza de Sagunt se ha convertido ya en un lugar común. Pero, sin embargo, su gran variedad y el amplio espectro temporal que abarca hace que muchos tesoros permanezcan extraños no solo a los visitantes, sino incluso a los propios vecinos. Es lo que suele ocurrir con el legado ibérico que entroncan al Sagunt actual con la remota Arse.

Dentro de las iniciativas para ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Sagunt, a iniciativa de Centro Arqueológico, ha impulsado el ciclo de conferencias La Ciutat Ibèrica para divulgar esta parte de su patrimonio que, además, recientemente ha sido incorporado por la diputación en su programa provincial la Ruta de los Íberos.

Un ciclo que este sábado llega de la mejor forma que podía: paseando entre los vestigios que el tiempo rescata no solo para la mirada analítica del investigador, sino también para el deleite del paseante. El recorrido partirá a las diez de la mañana de la plaza Major y estará dirigido por uno de los mejores conocedores del patrimonio saguntino, Manuel Civera.

El itinerario tendrá una primera parada en los restos de las torres y el puesto de vigilancia que protegía el acceso norte del antiguo poblado de Arse. Datados entre los siglos VI y I a. C., estos elementos se encuentran en una de las zonas más destacadas ya que, como destaca Civera, «el acceso norte a Arse es el más importante porque cruza la ciudad ibérica bordeando el templo de Artemis o Diana, la máxima divinidad de la ciudad».

El paseo continúa al norte de la actual puerta, donde «se encuentra el conjunto constructivo más completo de la época ibérica», comenta. Pese a que el espacio cambió en época de la Roma republicana, todavía es posible encontrar allí restos de templetes y otras construcciones del siglo II a. C. «Este lugar fue excavado por Simancas que logró recuperar allí las figurillas Hércules, Dioniso, Tu, Diana, faunos u otras divinidades del panteón ibérico saguntino», señala Civera.

Construcciones para guerreros

La siguiente parada nos llevará a las antiguas cisternas y desde allí se pasará a las construcciones destinadas a los guerreros y líderes íberos que todavía se pueden rastrear en la plaza este y en la plaza de San Fernando. El recorrido proseguirá desde allí a la plaza superior de Arse, donde a 170 metros por encima del nivel del mar se situó el primer punto defensivo de la zona, anterior al siglo VI a.C. En sus inmediaciones se podrán observar los restos de lo que probablemente fue el templo de Hércules. El paseo continuará por los restos de lo que posiblemente fueron los baños más antiguos de la ciudad, situados en la plaza occidental del conjunto del castillo.

Posteriormente se dirigirá al extremo occidental de Arse, donde aun quedan vestigios de su puerta, a los muros defensivos de esa zona y después, siguiendo la senda dels Lladres, será posible apreciar las huellas dejadas por los carros de guerra sobre la roca.

El recorrido terminará en la acequia dels Pous, en el entorno del Clot del Moro, cuyo trazado debe de ser el mismo que en el periodo íbero seguía el acueducto que abasteció la ciudad durante el asedio de Aníbal. Un épico acueducto convertido hoy en humilde acequia, manifestación a la vez de los cambios y la permanencia de la historia.

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