Las fallas de 2018 en Sagunt no solo sucumbieron al fuego. El viento se convirtió también ayer en el gran protagonista, especialmente después de que, a última hora de la tarde, una fuerte ráfaga derribara la falla La Victoria, la ganadora de la edición de este año. Por la mañana habían corrido la misma suerte las fallas El Romano y El Mercat, cuyos falleros vieron impotentes como el viento tiraba a tierra las figuras principales de sus monumentos.

Esta mala climatología, que ha acompañado a la fiesta durante casi todos los días, ya estuvo ayer presente desde la mañana, cuando creó no pocos inconvenientes a los falleros durante la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, hasta la noche, cuando la amenaza de lluvia menguó la presencia de espectadores en la victoria del fuego sobre las fallas.

La concejala de Fiestas de Sagunt, Remei Torrent, reconoce a Levante-EMV que esos condicionantes meteorológicos han sido lo único negativo de las fiestas josefinas en Sagunt. «Yo creo que este año ha habido más gente en la calle -apunta la nacionalista- por caer en fin de semana, pero ha sido una lástima que el viento tirara algunas fallas y afectara a varias ornamentaciones de calle».

Ese viento también fue protagonista de la ofrenda a la Virgen en el Port de Sagunt y fue especialmente molesto para las falleras y sus mantillas, aunque no lo suficiente para evitar las escenas de emoción que se viven en este acto, que tuvo su preludio un día antes en el núcleo histórico de Sagunt.

Dentro del balance positivo de la semana, Torrent destaca que «no ha habido altercados, porque la gente, en general, se ha comportado. De hecho, no se han recibido avisos en la Policía Local por los problemas habituales en estas fiestas». Este buen sabor solo queda a expensas de la cremà de ayer, que apenas daba sus primeros pasos con los monumentos infantiles al cierro de esta edición. El programa era que La Victoria, última en ser quemada como ganadora, se encontrara con las llamas a partir de las 2.15 horas.