El riesgo de adicción al juego entre los jóvenes saguntinos está encendiendo alarmas. Los últimos datos de una encuesta realizada por los técnicos de la Unidades de Conductas Adictivas durante el pasado curso 2016/2017 presentan algunos resultados preocupantes. Y es que uno de cada cuatro jóvenes de la localidad estaría bordeando la línea roja de la ludopatía. O lo que es peor, ya la ha cruzado.
Los datos se obtuvieron a partir de 176 encuestas anónimas, entre chicos y chicas con una edad media de 20 años. Aunque el estudio es solo aproximativo, los responsables de su elaboración consideran que sus resultados permiten conocer la realidad del juego entre los jóvenes y los problemas de adicción potenciales.
En este sentido, destaca que un 5,6 % presentan rasgos de juego patológico. A ellos se le suma una destacado porcentaje que alcanza el 19,8 % que sin caer en la ludopatía mantiene una relación con los juegos de azar que le sitúan en un nivel de riesgo. Así, por ejemplo, entre las reacciones que encienden las alarmas se encuentran 32 encuestados que admitieron tener síndrome de abstinencia si no juegan, 26 que muestran preocupación por poder jugar y 12 reconocen haber perdido el control durante el juego. En el extremo contrario está cerca de un 30 % de jóvenes que dice no participar en juegos de azar.
Por lo que respecta al tipo juegos, los más extendidos coinciden con aquellos con más aceptación social. En concreto, el Rasca de la ONCE es jugado por un 35 % de jóvenes y adolescentes saguntinos, las loterías por un 29 % y las quinielas de fútbol por un 28 %. Pero junto a estos, se observa también la práctica de otros como el casino en salones de juego, practicado por un 28 %; las tragaperras, 20%; o el póquer, un 11 %.
Además de estos juegos presenciales, la encuesta también analiza el impacto que están teniendo los juegos online. En este sentido, un 36 % de los encuestados admitieron realizar apuestas a través de internet y un 8% comentaba que había participado en partidas de póquer online.
El bar es el principal espacio de juego entre los jóvenes. En concreto, un 25 % de los jóvenes que apuestan en juegos de azar señalan este lugar como el más utilizado en esta práctica. A ello se suma otro 10 % que lo hace en salones de juego y un 9 % que realiza sus apuestas a través del móvil y un 5 % por ordenador. Un 69 % señala no haber realizado apuestas en ninguno de esos espacios.
Actuaciones municipales
Este panorama se deja sentir en los Servicios Sociales municipales y especialmente en la Unidad de Conductas Adictivas, cuyos técnicos señalan que la ludopatía es una de las adicciones emergentes entre las consultas que suelen atender sobre menores.
En este sentido, la concejala de Servicios Sociales, Mónica Caparrós destacaba que las actuaciones para este tipo de casos se están realizando dentro del Plan Municipal de Prevención de Drogodependencia y Otros Transtornos Adictivos. «En cuanto a demandas de orientación y asesoramiento relacionadas con juego patológico, se han atendido en los últimos 3 años 5 consultas, 2 de ellas de menores de edad», señala la edil. «Dependiendo de la gravedad de la situación se suele derivar la demanda hacia recursos específicos de tratamiento para juego patológico», comenta.
Así mismo, Caparrós destaca que «se está desarrollando una línea de trabajo sobre control de la oferta que permita proteger a los menores de edad del acceso al juego con apuestas». Además, señala que su departamento ha incluido el programa Ludens sobre juego patológico a la oferta de programas que se hace a los centros educativos, especialmente a bachiller y ciclos formativos.
Diversión y dinero fácil, las principales atracciones del azar
Entre las justificaciones de los jóvenes saguntinos para justificar el juego destaca la diversión, pero son significativas las respuestas que lo consideran una forma de lograr dinero, más fácil si se sabe de deportes, para este tipo de apuestas. Reacciones que según los técnicos podrían abrir la puerta a conductas de riesgo. Además, la gran mayoría de entrevistados asegura tener bajo control su relación con el juego, algo que, sin embargo, no siempre coincide con la realidad.
