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El IES María Moliner comparte su experiencia en Islandia

Los profesores Torres Blandina y Montoro destacaron el modelo nórdico de la responsabilización del alumno frente a la sobreprotección

Un momento de la presentación de la experiencia Daniel Tortajada

Dos profesores del instituto María Moliner del Port de Sagunt, el también escritor Alberto Torres Blandina y Mónica Montoro, ofrecieron recientemente una charla sobre la primera experiencia del proyecto Erasmus +, que les llevó a Islandia.

El objetivo de esta iniciativa es formar a los docentes en aspectos lingüísticos, así como tener la oportunidad de comparar los sistemas educativos, cuestiones en las que esta primera movilidad resultó muy enriquecedora, según coincidieron ambos en señalar en una sala llena, donde no faltaron el concejal de Educación de Sagunt, José Manuel Tarazona, directores de primaria y de secundaria, representantes de la inspección educativa, así como el claustro, estudiantes, madres y padres de alumnos y el equipo directivo del centro.

Sobre el primer paso de este proyecto, titulado La consolidación de una escuela plurilingüe del siglo XXI, que todavía tiene programadas cuatro movilidades más a Irlanda, Dinamarca, Estonia y Finlandia, Torres Blandina, profesor de lengua y literatura, y Montoro, de filosofía, hicieron hincapié en aspectos que permiten contrastar las enormes diferencias entre los sistemas educativos español e islandés.

Ir a gusto a clase

Y es que, en la isla nórdica, uno de los principales objetivos es que los alumnos «vayan a gusto a clase» y entiendan el centro escolar como una prolongación de sus casas, con la «libertad» que eso implica. Ambos profesores destacaron la habitual estampa que supone ver a los estudiantes con sierras eléctricas, entre fogones o con máquinas de coser sin que haya quejas por parte de los padres, quienes «prefieren un corte en un dedo a un hijo que no sabe hacer nada», algo impensable en España por la sobreprotección familiar en contraste con la responsabilización del menor en su propio aprendizaje que se practica en Islandia.

En esta línea, el aspecto más llamativo es que se potencia lo que el alumno sabe hacer, ya que si es bueno en una materia se le motiva y, si no lo es, se ofrecen alternativas sobre la base de que el objetivo es convertir a los alumnos en responsables, independientes, capaces de trabajar en grupo y respetuosos.

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